Se llama Fabián Gutiérrez. Se llamaba; fue secretario y asesor de la expresidenta y ahora vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Apareció degollado y golpeado y los presuntos hechores del crimen están tras las rejas. Fue hace 20 días en el crudo invierno del también crudo clima del sur argentino.
Como la pandemia lo tapa todo, y enmudece a algunos, la noticia apenas apareció en algunos diarios y medios de prensa del mundo. BBC, El País y otros la pusieron, claro. Por aquí, apenas se supo.
El brutal crimen avivó el debate en redes sociales que en Argentina es particularmente agrio y violento.
Los críticos de los Kirchner y el Gobierno de sus camaradas, señalaron al tema como un crimen político. El Gobierno de Alberto Fernández fustigó por el mal gusto a la oposición. La grieta y polarización volvió.
Pero los debates políticos y los hechos son asunto aparte. Las evidencias están a la vista. Hay un muerto, degollado.
El muerto, degollado, era secretario de Cristina Fernández entre 2003 y 2005. Luego fue asesor presidencial entre 2006 y 2010. Tenía un patrimonio exiguo de clase media antes de vincularse al superpoder.
El domingo apareció en Canal 13, en el programa Periodismo para Todos, de Jorge Lanata un recuento de sus casas, una treintena, me parece. Un hotel de lujo en Calafate, un yate, varios autos de alta gama.
Una de esas casas fue blanco de un reportaje del periodista en mención hace algunos años y mostraba -y volvió a mostrar- que el secretario tenía en su casa 18 cámaras de seguridad. Los hechos.
Fabián Gutiérrez fue uno de los denunciantes -delatores, le dirían en jerga mafiosa- de los cuadernos K, cuyo juicio abrió un magistrado ahora fallecido. Allí aparecieron unos supuestos apuntes con los montos y entrega de maletines de dinero en efectivo en la misma residencia Presidencial del barrio de Olivos.
Esa, como casi una centena de causas contra el clan K, avanza en la justicia a paso de tortuga, es decir, retrocede, mientras los supuestamente vinculados vuelven a ganar terreno y poder político y hay millones que les creen y vuelven a votar (¿ un pálido reflejo de lo que vendrá (acá)?, como dijo al final de los años 70, Rafael Arízaga Vega).
Luego de ser recusada fue ratificada para seguir el juicio por este horrendo crimen, Natalia Mercado. Fiscal. Ella seguirá al frente de la causa del degüello. Ella es hija de Alicia Kirchner, hermana del difunto Néstor y cuñada de Cristina, otro poder dentro del poder provincial. ¿Otra casualidad o solamente, los hechos?
A la hermana y a la madre del ex secretario Gutiérrez, antes de clase media y ahora potentado – uno de los muertos más ricos del cementerio en su provincia – las juzgarán por presunto lavado de activos.
Veamos cuánto demora el juicio. Veamos si la pandemia y los gruesos hilos del poder permiten a la justicia timorata y lenta avanzar. Y ojalá nos enteremos para sacar conjeturas y no repetir errores y horrores.