El Foco Ladrón

A pesar de la ingente inversión que realiza el país en nuevas centrales eléctricas, los habitantes nos encontramos con que hay que pagar mucho más por el consumo del fluido.

Hace algunos años, en Guayaquil se produjo un caso parecido: la protesta pública tenía como referencia al “Foco Ladrón”.

Hoy acontece algo similar en Quito y ha impulsado a un alto número de consumidores a presentar reclamo y protesta. El 18 de junio de 2020 en este Diario dieron a conocer que el alto organismo conocido como Arconel ha dividido a los consumidores en 4 categorías: una, para pagar “tarifa plana”, o residencial que consume más de 500kw por mes; otra, para que determinados consumidores paguen “tarifa de la dignidad” por consumo superior a 110 y 130 kilovatios, según se trate de la Sierra o de la Costa.

En Guayaquil se quejaron porque el valor se había triplicado; un reclamante, documento en mano, demostró que el alza para él llegaba “hasta 10 veces”; y el señor Carlos Gonzales, dejó ver su factura que elevó el consumo de su casa de 25 dólares a 180. En Quito, cantidades también más elevadas.

El Presidente, claramente enojado ante semejante despropósito, ordenó públicamente, la rebaja de semejantes tarifas elevadas y, de paso, la separación de los gerentes de los distribuidores de energía eléctrica del país.

El problema económico se torna más grave cuando el ciudadano consumidor al que le llaman “usuario”, se acerca a determinadas oficinas para pedir nueva lectura del medidor y rebaja en el pago. Se encuentra ante un burócrata importante que apenas le atiende y le aconseja que primero pague el nuevo precio y reclame luego. ¿A quién? A algún otro burócrata orondo, pagado de sí mismo, de nariz elevada que le atiende mal o no. Algunos reclamantes abandonan la gestión decepcionados y coléricos, nadie soluciona el problema.

De las centrales eléctricas nuevas, que están desde años atrás en construcción, una sola –la Coca-Codo Sinclair- consigue dar un 50% de su producción. Con muchísimas microfisuras, el Ministro Carlos Pérez García obligó que se la arregle. Los constructores chinos esperan entregarla completa a fines del año próximo.

¿Qué nos pasa? La refinería de Esmeraldas no funciona debidamente. Compraron helicópteros Dhruv y el primero que lo exhibieron se fue al suelo delante de los invitados a la ceremonia inaugural. Lo único de esa terrible compra es el asesinato del señor General Jorge Gabela, quien se opuso a la compra y cuya muerte no ha merecido sanción a probables asesinos de la alta esfera. Y para finalizar (24 de junio de 2020), aparece la información de una compra de grilletes para evitar fugas de acusados de delito, que tampoco sirven. Todo bajo “contratos” arreglados y corrupción. ¿A dónde vamos a parar con tanta impunidad?

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