Estrategia correcta

Mal comprendido, por muchos, que en marzo 24 Ecuador haya pagado a los inversionistas USD 324 millones por el remanente de los bonos 2020, y que para los intereses vencidos, USD 216 millones, se haya acogido solo a los 30 días de gracia. Que se suspenda todo pago de la deuda, que la emergencia sanitaria requiere todo los recursos, se pronunció la Asamblea, tomando una posición que es de suponer se ganó simpatías.

De haber procedido así, el Gobierno hubiera causando grave daño a la economía. Por no pagar en ese momento USD 324 millones, hubiera roto con el mercado financiero internacional y se hubiera secado un flujo mucho mayor de fondos hacia el país. Hay el acuerdo con el FMI y la banca multilateral para un desembolso de USD 10 mil millones, y aspiramos a más.

El país no podrá cumplir con sus compromisos de deuda externa. Los acreedores lo saben. El Ecuador ya iba mal, al no adoptar medidas para recobrar la competitividad, y al no reducir la obesa plantilla laboral del sector público. Íbamos al filo de la navaja; con el coronavirus se cae el precio del petróleo y el país se paraliza con la cuarentena.

Otra moratoria, que creo sería la octava de la historia, nos convertiría en un paria internacional por más de un lustro: la moratoria de 2008 nos marginó de los mercados hasta 2015, y solo pudimos recurrir al mercado pagando tasas muy elevadas de interés. La mejor estrategia es actuar dentro de las reglas.

Pagamos los USD 324 millones, y antes que se venza el mes de gracia, planteamos que se prolongue el plazo hasta agosto 15. Pero no vamos a pagar los intereses en agosto 15. Antes de esa fecha se presentará a los acreedores una propuesta de reestructuración a largo plazo de toda la deuda en bonos, con servicio manejable de intereses, para que el país tenga respiro, y tiempo para salir de la crisis.

Para los acreedores, las opciones son o aceptar, con lo que sacrifican rendimiento, o rechazar, en cuyo caso caeríamos en moratoria, con grave costo para el país; los acreedores recuperarían solo una fracción de lo adeudado: ambas partes pierden. Es posible llegar a un entendimiento que equilibre los intereses de Estado e inversionistas.

Para que prospere la estrategia, Ecuador debe mostrar que está haciendo avances para poner su casa en orden. Antes de re perfilar la deuda externa hay que hacerlo con aquella con el IESS. Sorprende que aún no se haya convertido los bonos entregados al IESS de vencimiento en próximos años, con otros de largo plazo, a una atractiva tasa de interés, en condiciones que pueda el IESS negociarlos en el mercado. Esto debió hacerse ya.

También alarma que no se envíe a la Asamblea ningún proyecto de reforma estructural. Hay varios en carpeta. Así, paralizados, nadie nos ayudará. Presidente y Asambleístas, es hora de acción, no más meditación.

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