El avance del covid-19 en el Ecuador, la región y otras partes del planeta no da tregua. Si en marzo y abril el virus se ensañó con Guayaquil, ahora le llegó su turno a Quito. Del 5 al 12 de julio se han registrado 1500 contagios.
Las cifras son preocupantes. Si durante el confinamiento la situación se mantuvo estable y llegamos al 3 de juni
Son altas pero no tan dramáticas como las que presenta el Ministro de Salud, Juan Carlos Zevallos. En declaraciones a los medios de comunicación ha dicho que en Quito el 45% de la población ya se ha contagiado. Si el total de la población en el Distrito es de 2,8 millones de habitantes, el 45% sería 1,2 millones de habitantes. Insólito para un epidemiólogo.
Con la finalidad de evitar que se repitan situaciones dramáticas como las de la ciudad de Guayaquil, autoridades y expertos han planteado volver al confinamiento o semáforo en rojo. Sin embargo, dadas las condiciones económicas que atraviesan la ciudad y el país, esta medida sería inviable.
Marcelo Aguilar, epidemiólogo y docente de la Universidad Central del Ecuador, sugiere como alternativa una “cuarentena dinámica”. Se trataría de focalizar las restricciones únicamente donde se produzcan los brotes. Esto ya se aplica en China de manera estricta y parecería que ha sido una de las pocas medidas que realmente ha surtido efecto.
Lo complicado de esta “cuarentena dinámica” sería llevarlo a la práctica. Chillogallo y Guamaní, por ejemplo, son barrios en los cuales hay un alto número de contagios y, al mismo tiempo, no se ha acatado en su mayoría las medidas de distanciamiento social y uso de mascarillas. Se entiende que muchas de estas personas viven de la venta informal y eso hace que sean más vulnerables al contagio.
También sucede que buena parte de los ciudadanos de estos y otros barrios de Quito viven como si no hubiese pasado nada. Como que la pandemia es una simple gripe. Y cuando ya se dan cuenta de ello, es decir cuando ya se contagian, muchas veces es muy tarde. Los hospitales de Quito, tanto públicos como privados, están saturados. No hay camas en las unidades de cuidados intensivos (UCI).
La Organización Mundial de la Salud (OMS), la cual intenta hasta cierto punto dar una pauta a los gobiernos de cómo actuar, tiene claro que los efectos del covid-19 van a seguir sólo hasta el momento que haya una vacuna. Por ello van a venir “nuevas oleadas” o rebrotes por algunos meses más.
Es indispensable seguir trabajando en campañas de sensibilización dirigidas a la ciudadanía sobre la amenaza que representa la covid-19. Frente al grave impacto económico que puede ocasionar otra cuarentena, debería existir mayor empeño de las autoridades nacionales y locales para frenar los niveles de contagio, así como mayor acatamiento de lo dispuesto por parte de la ciudadanía.