Cualquier decisión o reforma que se pretenda hacer en el IESS será polémica, aunque cuente con estudios técnicos e informes de organismos internacionales.
Y no hablo de decisiones de fondo como subir los aportes mensuales de los afiliados, aumentar la edad de jubilación o ajustar el monto de las pensiones máximas. Me refiero a la reciente decisión del Banco del IESS (Biess), de elevar la tasa mínima de los hipotecarios para viviendas de hasta USD 90 000, la cual pasó de 5,99% a 6,70% a partir del 4 de mayo pasado.
Cuatro días después de que el Gerente del Biess explicara el ajuste de tasas, el Ministerio de Finanzas solicitó al Biess que analizara la posibilidad de suspender esa decisión porque el país atraviesa una etapa de recuperación económica y no es el momento oportuno para hacer este tipo de incrementos.
¿Cuando es oportuno? Con el fin de arreglar las finanzas públicas, el propio Gobierno ha recortado el gasto público en medio de la crisis.
Finanzas también dijo que confía en que el Biess sabrá revisar su decisión “en beneficio de sus afiliados”, considerando además la importancia de generar estímulos para que el sector de la construcción se fortalezca, ya que es un gran generador de empleo.
Este pedido llama la atención por varios motivos. Uno de ellos es que le endosa al Biess la responsabilidad de ofrecer estímulos al sector de la construcción cuando su objetivo único son los afiliados. Y cuando se habla de afiliados no solo se debe considerar a aquellos que reciben los créditos -hipotecarios o quirografarios- sino a los pensionistas, a quienes debe garantizar el pago de sus jubilaciones.
Para saber si es posible cumplir con el pago de pensiones se hacen estudios actuariales, los cuales permiten identificar, por ejemplo, la tasa de interés mínima que se debe cobrar en un crédito con el fin de obtener un rendimiento que permita pagar las pensiones en el largo plazo. Y la nueva tasa de 6,70% es el rendimiento mínimo que debe tener cualquier inversión que haga el Biess, la cual fue recomendada por la Organización Internacional de Trabajo (OIT), que ha realizado estudios para el Seguro Social desde el año pasado.
Este tema no es nuevo para el actual titular de Finanzas, quien ya estuvo a cargo del IESS, conoce a fondo sus problemas y ha defendido que las decisiones en esta entidad se tomen de manera técnica. Además, el Ministro de Finanzas anunció que dejará al próximo gobierno una reforma a la Seguridad Social, la cual también se construyó con estudios de la OIT. No sería coherente cumplir unas recomendaciones y dejar otras a un lado, pese a que que apuntan al mismo objetivo.
Es de esperar que la solicitud de Finanzas al Biess no prospere. Sus argumentos no tienen mayor sustento y pudieran ser interpretados como una injerencia política en decisiones técnicas. Además, el Gobierno está de salida y será la próxima administración la que definirá si la Seguridad Social responderá a los intereses del gobierno de turno o a los intereses de los afiliados.