Un enorme alivio vive el Ecuador después de la noche del domingo.
El triunfo suficiente de Guillermo Lasso pone al mandatario electo frente a gigantes desafíos. Es su hora.
Las primeras palabras, salpicadas de emoción por la victoria, tuvieron signos de apertura y generosidad aunque con rasgos paternalistas.
Pero en ello radica una de las principales virtudes del candidato, pese a sus convicciones religiosas y sociales, a veces cerradas, dio un salto gigante adelante para comprender y abrazar con apertura otras corrientes de ser, de pensar y vivir. Eso se llama generosidad de espíritu. Muchas veces en los cuatro años que tiene por delante probablemente chocará con algunos sectores por tener visiones distintas.
Lo importante es la predisposición que Guillermo Lasso ha demostrado para forjar un verdadero encuentro, no solo alambicado por la tramoya del diálogo indispensable sino intentando ponerse en los zapatos del otro (rojos o de cualquier otro color), comprender distintos puntos de vista y avanzar. La visión de un estadista pasa por sus declaraciones de gobernar para 17 millones de ecuatorianos. Es decir para la inmensa mayoría respetando a los rivales de la política.
Si se camina con zapatos rojos o descalzo, hacia consensos y concertación, ¡qué mejor! Si la apertura viene también de fuerzas políticas distintas podremos alcanzar no el paraíso a la vuelta de la esquina, mas al menos una atmósfera para vivir en paz procesando civilizadamente nuestras diferencias.
Las primeras palabras son de serenidad, Trabajar por los más pobres, atacar el hambre, combatir el desempleo, garantizar la vida y la salud, por medio de un plan de vacunación ya diseñado, como nos dijo en EcuadoRadio el Vicepresidente electo Alfredo Borrero, para luego ir a una reforma radical del sistema de salud pública que condena a los más pobres a ser mal atendidos en elefantes blancos sin camillas ni medicinas.
Los retos son enormes, para darle la vuelta a las cifras de empleo debe levantarse la producción, sembrar confianza, estimular el retorno de capitales nacionales que ante el temor y la incertidumbre no están; provocar la atmósfera amigable y la seguridad jurídica para que la inversión extranjera seria llegue y genere miles de plazas de trabajo.
El Presidente electo ha dicho en CNN que no habrá más impuestos, pero debe cobrarlos bien, evitar la evasión y ampliar la base tributaria, generando estímulos en sectores productivos, como el turismo y la restauración, para solucionar la desocupación.
Hay que superar un tema ineludible, un factor de gobernabilidad que no es fácil. La Asamblea está muy fragmentada. La primera minoría radica en Unes. Si los legisladores de Pachakutik y la Izquierda Democrática son patriotas pueden hacer un acuerdo parlamentario saludable con PSC y CREO, que procure gobernabilidad y un tiempo de paz. Las diferencias son consustanciales a la política pero la tarea de sacar al país del hondo pozo que vivimos es prioritaria.
La independencia de la Justicia debe ser respetada, sin persecución ni intromisión.