Educación, corrupción e impertinencia

La educación basada en el castigo castra a los alumnos. La educación no-pertinente crea desesperanzas en un posible mundo laboral. La educación en la que el profesor abusa de su poder construye un alumnado débil, sumiso, sin la capacidad de pensar por si mismo ni detectar su propia potencialidad. Desde pequeños, la mayoría de ecuatorianos aprende a copiar, a mentir y aparentar lo que no ha adquirido lícitamente. La educación donde se privilegia lo individual y no las necesidades de una sociedad conectada y relacionada, crea los monstruos que hoy vemos desfilar a diario. El exitoso es el más vivo, el que más roba al estado, para el que el valor de tener es más que el de ser.

Por todo ello, debemos luchar no solo por el acumulamiento de información sino por los valores sociales, emocionales y relacionales del alumnado. Hablo del sistema finlandés en la que el estado gasta el 11% de los fondos públicos en ello, y es sostenido y cooptado por el Estado y los municipios.

Existe, además, una educación diferenciada para las necesidades y demandas de una población diferenciada. Si no se opta por el bachillerato tradicional, se ofrece una educación profesional básica en la que se ofertan 75 títulos diversos. Entonces, terminado el bachillerato se ingresa al mercado laboral o se continúa por una titulación media post secundaria, algo que el correato literalmente desmanteló durante sus dos períodos de gobierno. Creó un sistema de homogeneización educativa basado en la meta doctoral, una brutalidad en la que no se comprendió que los “doctores” en cualquier disciplina son aquellos que se dedicarán a la investigación pura y dura y a la docencia en posgrados. Y estos espacios en la universidad ecuatoriana son muy limitados. Nuevo engaño, se inventó una fantasía sin hacerla aterrizar en una realidad tan frágil como la nuestra. Y el costo es altísimo en términos monetarios y de desempleo.

En Finlandia, para continuar con la perorata, no se trabaja por asignaturas tradicionales sino por proyectos y competencias, se lo hace siempre en equipo. Además existe una flexibilidad curricular que se adapta de acuerdo a las circunstancias del país. Y las competencias transversales son primordiales: pensar y aprender a aprender, cuidarse a uno mismo, expresarse bien y saber comunicar, lograr competencias lectoras, gestionar los TIC, obtener herramientas para una vida sostenible y para el mundo laboral y el emprendimiento. Pocos deberes, reconocimiento permanente a docentes, así como su capacitación y pertinencia en lo que se enseña y aprende, basada primordialmente en fenómenos a resolver.

¡Estamos abrumados por una ciudadanía fundamentada en el poder del dinero y la corrupción. Esta es la revolución que debemos emprender hoy, no mañana!

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