El Ministerio de Energía y Recursos Naturales no Renovables comunicó que hay apertura para negociar el cambio de los contratos petroleros vigentes, de prestación de servicios a participación.
No se puede decir que una modalidad es mejor que otra, pero sí expresar de manera general que un contrato idóneo es aquel que, ajustándose a la realidad, permite un ganar – ganar, en el marco de una seguridad jurídica.
La experiencia del país durante todos los años de explotación petrolera, con buenos y malos resultados en varias formas contractuales, han dejado un cúmulo de enseñanzas que deben ser aprovechadas para lograr buenos resultados.
Las potenciales negociaciones deben conseguir que el beneficio del Estado ecuatoriano sea mejor a aquel que se obtiene actualmente porque, para que pueda modificarse un contrato, la ley así lo establece.
Hay que considerar que el modelo de participación de la Ronda Intracampos, en ejecución, es para exploración, desarrollo y producción, por lo que se tendrá que diseñar una opción que se alinee con el estado en el cual se encuentren los que serán modificados.
Se requerirá de cambios en las bases y en la reglamentación, en las variables y parámetros técnico- económicos para establecer las nuevas condiciones que los regirán.
Probablemente sea difícil encontrar áreas de exploración en los bloques que se encuentran en explotación por lo que se deben buscar alternativas cuya aplicación cubra los intereses de los sectores involucrados, se recomienda que las compañías inviertan en recuperación mejorada, los factores de recuperación de reservas de nuestros campos bordean el 20%, un incremento significara directamente una mayor recuperación de petróleo.
Algunos de los contratos de prestación de servicios están al término de su vigencia, habrá que extenderles el plazo, siempre y cuando sea de beneficio para el país.
Seguramente se trabajará en la base legal que consolide el proceso de negociación, iniciando con la promulgación de una ley reformatoria a la Ley de Hidrocarburos que permita la migración.
El sendero es arduo y tortuoso, los acuerdos que se obtengan serán de trascendencia para el futuro de la industria, se conoce del interés de más de una empresa privada, a pesar de que en el nuevo escenario se traslada a ellas el riesgo de las inversiones, costos y gastos, que actualmente lo asume el Estado.
Las empresas se ven atraídas por una modalidad más acorde con las características de la actividad petrolera, que motiva la eficiencia que se ve reflejada en la rentabilidad, que les permite comercializar directamente su parte de la producción, así como, incluir en sus libros parte de las reservas a ser recuperadas.