Dos vocablos que sugieren impaciencia, duda y decepción. La leyenda quiteña del libertino padre Almeida y del gutural reclamo del persistentemente hollado Cristo de madera, centra la tradición en esa corta expresión.
Existen inquietudes colectivas con varios sucesos que subsisten y sobrepasan innumerables ofertas de eliminación de los mismos y dan actualidad a la pregunta del título ¿hasta cuándo?
Son reiteradas las quejas de la Policía que, en cumplimiento de su noble misión, investiga, descubre y captura a los responsables de diversos delitos: robos a personas, domicilios y atracos en las carreteras.
Lamentablemente los jueces representantes del debido proceso, en forma inaudita, los dejan en libertad al siguiente día, con grilletes electrónicos, pero prestos a volver a delinquir en las calles.
¿Hasta cuándo no hay sanción para estos jueces, para dar fin a esta forma delictiva de “hacer justicia”?
El IESS está desfinanciado. ¿Hasta cuando se deberá esperar para: 1.-conocer los cálculos actuariales?
2.- ¿Hasta cuándo para que el Estado restituya el 40% del pago de las pensiones? Se dejó de cumplir con esta obligación gubernamental en marzo del 2015 y se ha ofrecido restituirla en enero del 2019, lapso en el que la deuda alcanzará cinco mil millones de dólares.
¿Cómo van a ser pagados? 3.- la deuda del área de salud es enorme ¿ cómo se financiarán las atenciones brindadas a los hijos de los afiliados, a los jubilados y a los enfermos con afecciones catastróficas ?
¿Hasta cuándo debe esperar el país la aplicación de la Ley del Sistema Nacional de Salud, que fue aprobada por el Honorable Congreso Nacional en el 2002 y reglamentada en el gobierno del Dr. Alfredo Palacio, y que se fundamenta en la atención primaria de salud, con promoción, prevención, referencia, contra referencia y descentralización, con un adecuado plan de financiamiento, muy diferente al que ahora plantea de manera absurda el nuevo proyecto, que además incluye un Código de la Salud represivo para la clase médica ecuatoriana?
¿Hasta cuándo el gobierno tolera pronunciamientos de funcionarios y ex funcionarios, que se auto proclaman voceros del pueblo ecuatoriano para alabar a dictadores que violan descaradamente los derechos humanos de miles de ciudadanos que emigran sedientos de aires de libertad o de jóvenes patriotas que enfrentan con sus corazones y sus vidas a las balas de la tiranía?
¿Hasta cuándo debemos contemplar la estatua del corrupto ex presidente argentino, que ensombrece y desluce la Línea Equinoccial, justamente engalanada por los bustos de los geodésicos franceses y de nuestro sabio Pedro Vicente Maldonado?
Respiramos aromas de cambio, necesitamos concreciones y la ejecución coherente de los enunciados de combate al abuso, a las incorrecciones y a la corrupción.