Una de las cuatro orquestas del país, la de Cuenca, es la más joven y más pequeña (53 músicos). Tuvo un despegue muy afortunado desde que se hiciera cargo el director Miguel Jiménez (1996-2007) y con el actual, Michael Meissner, desde el 2016, acudir a escucharla es un deleite de la que aprovechan no solo los cuencanos sino cientos de extranjeros que se han radicado en la ciudad. En épocas de pandemia ha brillado con una agenda dinámica como pocas instituciones en el país. Desde septiembre se grabó un concierto por semana, todos subidos a los canales digitales de la institución. Son atletas de alto rendimiento cuando pensamos en que han dado 120-160 funciones anuales –casi 3 por semana- que incluyen presentaciones didácticas para escuelas y colegios, familias y personas deshabilitadas. Su sede actual: el maltrecho ex colegio Borja en los predios del complejo arqueológico de Pumapungo.
El apoyo a la creación de un espacio operático nacional ha sido uno de los éxitos más destacados; se han hecho 6 óperas en 4 años, por citar solo una: la puesta en escena de la ópera infantil en quichua, “El colibrí, el fuego y el gigante” del compositor ecuatoriano Jorge Oviedo. En muchas funciones se han unido varios coros bajo la dirección de María Angélica Arias, cuerpos de bailarines, valorando el arduo trabajo de los conservatorios locales y de las academias tanto públicas como privadas. La ópera “Eunice”(1956-1962) del gran compositor Luis Humberto Salgado fue estrenada por primera y única vez en Cuenca en el 2018, con la puesta en escena de Javier Andrade. Ésta, que integra la trilogía de óperas junto a “El Centurión” y “El Tribuno”, además de sus 9 sinfonías, fueron digitalizadas por Meissner, sin contar siquiera con un equipo de producción. Los conciertos fueron masterizados en julio del año pasado y parte de la obra se estrenó en Polonia. Hay un interés manifiesto por parte del sello discográfico holandés Brilliant Classics de realizar una producción, pero… como siempre, falta el apoyo del país para producir y apoyar la difusión mundial.
El Ministerio de Cultura debe dar atención urgente a la firma de un comodato del ex colegio Borja, área aproximada de 3 800 mts. 2; fondos para la reparación emergente de este “conventillo”; la creación de nuevas partidas que reemplacen las de jubilados. Además, al complejo Pumapungo debe tratárselo como tal, sin dividir Museo de Orquesta; el teatro debe estar al servicio de una orquesta para establecer la programación anual, como en cualquier lugar del mundo y a partir de ello, servir la necesidad de otros grupos escénicos. Finalmente, nos preguntamos, como se hace tanto con tan poco: ¡la orquesta recibe USD 1’400 000 anuales, 1’250 000 destinados a sueldos! Se trata de premiar el trabajo denodado de esta institución, no castigarlo.