No es necesario preguntar ¿para qué sirve la poesía? Si, de hecho, su utilidad no se relaciona con los costos de la producción, los que finalmente acaban en cuentas bancarias o en siniestras competencias guerreras. La poesía sirve para cuestionar el mal uso del mundo y la desviación de la inteligencia. La pregunta no encuentra una respuesta. No obstante, la poesía seguirá latiendo mientras exista el lenguaje.
Frente a la incoherencia de la realidad, la voz poética enarbola la gama de sentimientos humanos que se expresan en textos, cuidadosamente, diseñados. Desde su primer libro, Pedazo de nada (1961), Ana María Iza, articuló un lenguaje de tono confidencial que alternaba su intimidad con personas familiares y lejanas. Siempre la primera persona se propuso describir su tiempo en el marco de las ocupaciones cotidianas y de las percepciones urbanas, de climas y de la gente, sobre todo, de la marginalidad y de los azotes del hambre y los abusos.
La voz poética de Ana María Iza expresa la compleja relación del sujeto y la realidad diversa. Los mensajes, en consecuencia, combinan sutiles emociones con censuras. No quedan al margen el poder ni los líderes ni la historia ni la religión.
En Reflejos del sol sobre las piedras (1987), en el poema “Basura”, se manifiesta el desprecio de la realidad en la que le tocó vivir. En esa ráfaga textual se imponen, la inconformidad, la constatación de una confluencia degradada de sabios y locos. No se crea, sin embargo, que en la obra predomina la amargura; siempre ronda la añoranza de un pasado amable, aunque perdido. La poética de Ana María Iza expresa una actitud de ruptura, y su desenfado verbal descalifica la idea de la obra literaria tomada como pasatiempo. Si aparece alguna fineza, al instante, el discurso se torna ríspido y cuestionador.
Gran parte de su obra se publicó en la serie de Poesía Junta realizada por la Casa de la Cultura “Benjamín Carrión”, en el 2008. Ana María Iza ganó, en varias oportunidades, los premios del concurso Ismael Pérez Pazmiño que convoca el diario El Universo. Sus poemas aparecieron en varias antologías, tales como Poesía Viva de Jorge Enrique Adoum; Diccionario de Literatura Española e Hispanoamericana de Ricardo Gullón (España), Joyas de la literatura ecuatoriana de Hernán Rodríguez Castelo; Antología Cósmica del Ecuador de Rodrigo Pesántez Rodas (México); en Young Poetry of The American, de la Unión Panamericana de Washington.
Algunos poemas recuerdan la vanguardia de los años veinte, es decir, la mezcla de dibujos con palabras; mas, en la gran mayoría de textos, se manifiesta el estilo conversacional.
¿Para qué sirve la poesía? Sobra la pregunta. La respuesta la tendrán los lectores cuando dialoguen con los intensos, agresivos, francos y tiernos poemas de Ana María Iza.
Columnista invitado