Si el Gran Jefe Rafael movía las fichas para gobernar dos períodos de cuatro años -al doble estilo ecuatoriano- se libraba de los feos y malos ratos que pasó en los dos últimos años y algunos meses de su largo período que se acerca a su final. Al comienzo del 2017 falta poco para lo que sucederá el 24 de mayo. Nada menos que la despedida del presidente de los 10 años y pico y la presentación de su sucesor. O sea del personaje que va a entrar en Carondelet un día histórico con un panorama complejo a la vista. Con la emoción, además, que significa un triunfo electoral clásico y con las inquietudes y hasta los sustos de los malditos acreedores que suman la realidad plena de las deudas y, malditos, dicen la verdad incluyendo más el 5 y hasta el 10 por ciento de intereses. Menos mal que el nuevo coordinador de política económica, Diego Martínez, pintó un panorama solo difícil y no tan feo como el que pregonan los opositores y hasta el ex correísta Alberto Dahik.
El 2017 se perfila con la inquietud adicional de los chismes de Obredecht, originados en el Brasil post Lula y que afectan a doce países por lo pronto. El Gobierno se anticipa en pedir pruebas y el Fiscal informa que terminó las traducciones al inglés y al portugués. En el ambiente nacional siguen funcionando y agravándose los problemas surgidos en Petroecuador, con sorpresivas fugas, algunas prisiones y otros dolores de cabeza, con los Pareja y el resto.
Avanza la jornada electoral y el ginebrino y humorista Lenin Moreno continúa en la punta seguido por Guillermo Lasso y Cynthia Viteri y muy cerca mi general Moncayo. Una pregunta de rigor es si habrá o no segunda vuelta. Los aliancistas pregonan que no y sus rivales vuelven la mirada hacia los encuestadores, algunos de los cuales comienzan a decir “talvez”. El personaje del año fue por décima vez -según Cedatos- el Jefe Rafael pero afirma que comenzó con el 40 por ciento y hoy va por el 20. Menos mal que los aliancistas solo creen en sus encuestadores.
Hoy, 1° de Enero, entra en vigencia el acuerdo con la siempre poderosa aunque a veces problemática Unión Europea. Hay expectativa por el suceso, luego de que se dijo que sería muy grave quedar afuera de ese interesante territorio, antes casi despreciado en el lar ecuatoriano. Varios ministros trabajaron en esa tarea pero el último se llevó las palmas luego de trabajar día y noche durante seis meses. De no firmar hoy el acuerdo el Ecuador corría el riesgo de perder el acceso preferencial a ese mercado y las exportaciones serían gravadas con fuertes aranceles desde este año. Pero se logró. Buena parte del mérito se adjudica al ministro de Comercio Exterior Juan Carlos Cassinelli. El presidente Correa dijo que encargó esa interesante misión a un amigo de toda la vida, pues estudiaron juntos en el colegio La Salle de Guayaquil. Ojalá se hagan realidad las expectativas. Hay sectores que sienten inquietudes cuando se aplica el acuerdo con la Unión Europea.