Lo que se ha propuesto hasta aquí no va a resolver los problemas desequilibrantes de la economía ecuatoriana. Hace falta un liderazgo económico para hacer un plan confiable, serio y firme, que consiga credibilidad, tanto dentro como fuera del país, como dice Augusto de la Torre, para tener una mano segura que conduzca a resolver bien lo de los subsidios y lo del déficit fiscal considerando incluso la subida del IVA.
El gobierno necesita un líder que tenga autoridad sobre todo el sector económico y ponga en su lugar a quienes venden humo para mantenerse en las alturas del poder. Un líder con prestigio internacional, libre de intereses creados, que puede conducir con acierto y determinación puede ser el mismo economista Augusto de la Torre.
Los subsidios provienen de los impuestos que pagamos todos los ecuatorianos y el Estado que es el encargado de administrarlos mediante la conducción del gasto público debe obedecer al consenso que los subsidios deben ir solo a los que más necesitan para subsistir y no como dice el Alcalde de Guayaquil, que los subsidios también se deben regalar a los empresarios que consumen diesel a precio irrisorio.
La subida del precio de la gasolina súper ha sido aceptada por los usuarios y más bien ha recibido críticas de sectores no concernidos por nuestra costumbre atrabiliaria de estar en contra de los que están en contra y en contra de los que están a favor. El gobierno ha subido el octanaje a 92 y los automotores que lo usan recorrerán más kilómetros en su vida útil.
Pero quienes usan gasolina extra también deben contribuir a sincerar los precios, en estricto sentido de justicia social que implica que todos los que puedan colaboren al bien común, teniendo en cuenta que la focalización incluya compensaciones eficientes.
El país espera que los productores y exportadores de camarones, de productos de la pesca y los demás que usan diesel en las grandes empresas contribuyan cuando hay que recomponer al país para evitar el colapso económico.
Nuestros impuestos no pueden servir para prácticamente regalar diesel a quienes han exportado competitivamente más de USD 3 000 millones en 2017 a base de su esfuerzo y no debido a subsidios, pues la tasa de ganancia de los sectores camaroneros y pesqueros osciló entre el 17% y el 24% entre el 2007 al 2014, según una investigación de Jonathan Báez del Centro de Derechos Económicos y Sociales.
También el gas doméstico debe subir de precio focalizando a los que más necesitan, por ejemplo aumentando el bono de la pobreza en una cantidad equivalente a lo que suba el gas para el consumo de los más pobres, quienes gastan solo una bombona al mes; mientras que el resto pueda pagar en forma gradual un valor que se acerque al precio internacional, que en ocasiones también baja el precio, e inclinarse a consumir electricidad que si puede dar barato el Estado porque tiene energía excedentaria.