Aunque la mayoría de la población ecuatoriana no termina de comprender las últimas medidas económicas que acaba de aplicar el Gobierno, sabe sobre uno de sus principales efectos: los bienes y servicios van a subir de precio.
Esto no es una exageración. Es una realidad. En la mayor parte de los mercados los precios son otros. No solo en aquellos productos a los que se aplicó una sobretasa arancelaria, sino en muchos otros que se han visto afectados de manera indirecta.
Por poner un ejemplo, en el caso de la manzana producida en Tungurahua, aunque ya tenía un precio más alto que la importada, el aumento en el costo de los agroquímicos (los cuales han sido afectados por la aplicación de la sobretasa arancelaria), va a producir un alza adicional. Lo mismo ocurre en otros productos.
A esto hay que añadir el factor de la especulación. Hay productos para los que el impacto de las sobretasas arancelarias es mínimo. Sin embargo, la diferencia que ahora va a existir entre el producto importado y el nacional puede ser motivo para que los productores locales tiendan a equiparar sus precios hacia arriba.
La aplicación de sobretasas arancelarias, ha dicho el Gobierno, es de carácter temporal. Durará 15 meses. Consiste en aplicar una tasa adicional a la que antes tenían ciertos productos importados. Son aproximadamente 2 800 ítems. En el caso de bienes de capital y materias primas se aplicará una tasa del 5%; neumáticos, CKD (partes) de televisión, motos y automóviles tendrán una sobretasa del 25%; bienes de consumo (que incluye alimentos y bebidas) se aplicará un 45% adicional.
Lo que ahora está sucediendo no es como dice el presidente Correa que “el impacto de las “salvaguardias” será mínimo y afectará básicamente a los bienes importados de consumo suntuario, que no consumen los pobres”. El impacto no es solamente a los productos importados sino a los producidos en el Ecuador. Aclaremos además algo. “Salvaguardias” no es lo mismo que “sobretasas”. Lo que ha hecho el Gobierno es lo segundo, ya que el motivo de su aplicación no se debe a la devaluación de la moneda que han tenido Colombia o Perú, sino a los problemas de financiamiento del presupuesto y del elevado gasto público por la reducción de los ingresos provenientes del petróleo.
Por lo tanto, la aplicación de esta medida aunque eventualmente puede ayudar al Gobierno a solucionar sus problemas de desfinanciamiento, los efectos para la economía también van a ser negativos. No solo me refiero al aumento de la inflación sino a la reducción de la tasa de crecimiento, especialmente en ciertos sectores claves de la economía ecuatoriana, al incremento del desempleo y la disminución de la inversión privada.
Si se ha pensado que la aplicación de estas sobretasas va a fortalecer la producción nacional, lo que hará es reforzar la actividad monopólica de ciertos grupos económicos, pero muy difícilmente diversificar la producción vía sustitución de importaciones.
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