El comercio internacional es extremadamente dinámico y, por ello, contempla varios aspectos normativos que apuntan a regular un mayor intercambio comercial entre los países. En este entorno, es importante conocer con algún detalle las principales instituciones que codifican el comercio exterior en el mundo.
La Organización Mundial de Comercio es la entidad rectora de las relaciones comerciales en el mundo. Nace a mediados de los años noventa y es el resultado de las negociaciones de la conocida Ronda Uruguay. Es la sucesora del Acuerdo General de Aranceles y Comercio GATT, supera su carácter provisional y se constituye en un organismo internacional permanente.
Su principal objetivo es la regulación del comercio mundial. Establece orden y disciplina en el mercado internacional, debido a que contempla acuerdos denominados multilaterales, que son vinculantes; es decir, de obligatorio cumplimiento de los países miembros; son acuerdos permanentes y absolutos. Regula también el comercio de servicios y la propiedad intelectual.
Los textos de creación de la OMC expresan la intención institucional de que el comercio mundial sea un comercio sin discriminación. Las disposiciones de la “cláusula de la nación más favorecida” y el “trato nacional” van en esa dirección. La primera incluye la obligación de hacer extensiva al resto de países miembros cualquier ventaja que uno de ellos otorgue a una determinada mercancía o servicio. El trato nacional, por su parte, tiende a dar el mismo tratamiento a las mercancías de importación en comparación con las producidas localmente por los países miembros.
El Ecuador forma parte de la OMC desde 1995. Fue uno de los 21 países que no habiendo participado formalmente en la Ronda Uruguay, optó por su adhesión a la Organización. Además, fue el primer país del mundo en negociar su ingreso a la OMC sin haber sido miembro del GATT.
El intercambio comercial entre los países es cada vez mayor, lo mismo que la dependencia de las economías. La desaceleración de un mercado grande afecta sin duda a los países y economías que tienen relación comercial con él. La base normativa de la OMC, con todas sus imperfecciones y limitaciones, está ahí, por lo que es muy importante que el Ecuador amplíe su horizonte de acuerdos comerciales con terceros países, especialmente con los Estados Unidos de América, para fomentar mercados preferenciales que permitan al sector exportador ecuatoriano colocar productos de calidad a precios competitivos. Los problemas que en este instante afectan severamente al sector externo ecuatoriano obligan a que el país diseñe y ejecute prontamente políticas públicas que alienten la exportación y la inversión nacional y extranjera. El apoyo gubernamental al sector privado y la estabilidad normativa serán importantes herramientas para el desarrollo sostenido que aspira todo el Ecuador.
Sebastián Borja Silva
Columnista invitado