Corea del Norte
Es el último de los enclaves estalinistas que quedan en el planeta y uno de los más peligrosos focos de confrontación internacional en este momento. La sucesión hereditaria de la “corona marxista” lleva allí ya 69 años. Va por la tercera generación familiar. El abuelo Kim il-Sung, después de 46 años de gobierno, dejó el poder en herencia a su hijo Kim Jong-il, y cuando éste murió asumió el trono hereditario en el 2011, en cumplimiento del guion oficialista impuesto por la dinastía gobernante, el nieto Kim Jong-un, a los 27 años de edad, y se convirtió en la persona más joven y más incompetente de la historia en ponerse al mando de un arsenal nuclear.
Como era usual, el oficialismo empezó inmediatamente a llamarlo “genio de genios” y a rendirle lealtad y obediencia en el marco del más irracional culto a la personalidad.
Pero la inmadurez, inexperiencia e incapacidad del nuevo jefe omnímodo del gobierno comunista contribuyeron a que las tensiones en la península coreana subieran de grado. El desquiciado gobernante se entregó por completo a sus patológicas obsesiones bélicas. Mientras su pueblo sufre desde hace años una monstruosa hambruna por la escasez de alimentos -el 40% de la población se muere de hambre-, el inmaduro dictador da total prioridad a la fabricación de armas antes que a la producción de alimentos. Corea del Norte es el país del planeta con el mayor número de efectivos militares con relación a sus cifras demográficas. Recuerdo que en una de sus bravuconadas, el dictadorzuelo lanzó un ultimátum contra Seúl y Washington y les amenazó con una “ofensiva nuclear sin previo aviso y sin piedad”, ya que “ha llegado la hora de ajustar las cuentas con los imperialistas de Estados Unidos”.
Las dos Coreas han estado al borde de la guerra en varias ocasiones. Y es larga la historia de sus incidentes. Pero lo grave del caso es la obsesión del gobierno norcoreano por poseer armas atómicas. En desacato a las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU, tomadas con los votos de sus cinco miembros permanentes: EE.UU., Reino Unido, Francia, China -tradicional aliada de Corea del Norte- y Rusia, el gobierno norcoreano ha fabricado y probado sus cohetes de largo alcance Taepodong 2 y Taepodong 3, portadores de cabezas nucleares, que pudieran llegar a territorio norteamericano.
Y en medio de esta tensión, Seúl y Washington realizan maniobras militares conjuntas para disuadir a Pyongyang, mientras que Norcorea efectúa 400 pruebas de misiles balísticos. El embajador norcoreano ante la ONU, Kim Inryong, declaró que “la guerra termonuclear podía desatarse en cualquier momento”. Y en medio de la tormenta llegó el martes a esos mares el submarino nuclear “USS Michigan” y un portaviones nuclear norteamericano se acerca al lugar.