Gordon Brown-Project Syndicate
La decisión del gobierno de Donald Trump de cortar la financiación al Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en el Cercano Oriente (OOPS o UNRWA por la sigla en inglés) politiza la ayuda humanitaria, amenaza con echar más leña a uno de los conflictos más inflamables del mundo, y pone en riesgo el futuro de medio millón de niños y jóvenes palestinos.
El OOPS, creado para entregar asistencia básica a los refugiados desplazados durante la fundación del estado israelí, provee desde 1949 atención médica, empleo, alimentos y refugio a los desplazados palestinos. En la actualidad, casi dos millones de refugiados reciben de la organización ayuda de emergencia en la forma de alimentos y dinero en efectivo, y cada año millones de personas usan alguna de las 143 clínicas que administra.
Pero la mayor parte del presupuesto del OOPS se destina a la educación de niños y jóvenes, la mitad de ellos en el Líbano, Siria y Jordania, y el resto en Gaza y Cisjordania. El OOPS gestiona unas 700 escuelas, con más estudiantes que cualquier otro organismo de la ONU. Un 75% de la población de la Franja de Gaza recibe alguna forma de ayuda del OOPS, y el 60% de los niños de Gaza entre primer y noveno grado asisten a sus escuelas.
Pero sin el aporte de Estados Unidos, la capacidad del OOPS para suministrar su servicio más valioso quedará muy disminuida. Esto contradice directamente el compromiso formulado por la dirigencia internacional, como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU, de garantizar la escolarización universal en 2030.
El OOPS cuenta con más de cien donantes, pero casi la cuarta parte de su presupuesto total –unos 400 millones de dólares al año– procedía de Estados Unidos. De hecho, durante casi setenta años Estados Unidos ha sido el donante más generoso y estable del OOPS, y los gobiernos republicanos y demócratas siempre reconocieron el valor de la organización.
El ministro de asuntos exteriores de Alemania (tercer mayor donante del OOPS), Heiko Maas, anunció hace poco que el gobierno “se dispone a proveer un monto adicional considerable” a la organización. El Reino Unido también acaba de añadir 7 millones de libras (9 millones de dólares), con lo que su ayuda total este año asciende a 45,5 millones de libras. Suecia, Dinamarca, Finlandia, Luxemburgo, Noruega, Nueva Zelanda, Países Bajos, Rusia y Suiza– también acordaron adelantar sus aportes.
Es buena noticia, pero no alcanza a compensar la inminente pérdida del apoyo estadounidense en un momento de presión presupuestaria por el veloz aumento de las necesidades humanitarias de otros 60 millones de desplazados del mundo.