Los populistas, déspotas y autoritarios que han pululado los últimos años por América Latina, en nombre de un socialismo del siglo XXI fracasado, llevaron a sus países a crisis extremas. Dejaron en soletas a sus economías y llenas de corrupción, tras el empeoramiento de la situación de sus pueblos, pero con discursos llenos de mentiras, que pretendieron vender ilusiones en medio de críticas situaciones como los regímenes oprobiosos de Nicolás Maduro en Venezuela y Daniel Ortega en Nicaragua.
Los Kirchner en Argentina (Néstor un período y su esposa Cristina dos períodos) festinaron los recursos de ese país y hoy, cuando se ha destapado la olla, ya varios ex ministros, ex altos funcionarios y hasta un ex vicepresidente fueron investigados y gran parte de ellos ha ido a la cárcel luego de encontrarles irregularidades y hasta millones de dólares en costales.
En el caso ecuatoriano, los 10 años del correísmo dejaron una enorme crisis económica y actos de corrupción, los primeros sancionados y otros tantos en investigación, con serios indicios de responsabilidad penal señalados por la Contraloría y en trámite en la Fiscalía. Las irregularidades en el sector petrolero dejaron sentenciados y están en la cárcel un ex vicepresidente, ex ministros y ex altos funcionarios. El mismo ex presidente, prófugo que vive en Bélgica, tiene cuentas pendientes con la justicia, evade los llamados de los jueces y solo atina a señalar que es “perseguido político”, sin presentar pruebas de descargo a las acusaciones concretas que le han hecho en los primeros casos porque faltan muchos por indagarse.
Sin tener méritos, estos populistas han sido amantes al culto de su personalidad y por ello, por encima de grandes pro hombres del planeta (Nelson Mandela, premio Nobel de la Paz, y muchos otros), se han palanqueado en el mundo y han degradado lo que representa un Doctorado Honoris Causa. Ese es el caso del autoritario que gobernara entre el 2007 y el 2017. Otros han propiciado la edificación de monumentos, una afrenta para los pueblos. Una presidenta de la Asamblea, de triste recordación, condecoró a la ex presidenta argentina, lo que representa una vergüenza.
Resulta un insulto a los ecuatorianos que en el nefasto régimen correísta se haya construido y colocado en la Mitad del Mundo el monumento a Néstor Kirchner, junto a la sede de Unasur, entidad que no funciona y que hoy solo cuenta con un edificio, que le costó al pueblo ecuatoriano más de USD 43 millones. ¿Por qué no pudieron colocarlo en su país? Significaría un insulto a los argentinos contar con la efigie de quien liderara un gobierno corrupto, de una familia que está seriamente cuestionada y procesada en ese país. Ese monumento no puede seguir allí cuando hay grandes ecuatorianos que han sido olvidados.