Vivir en un planeta sano es un derecho fundamental de todo ser humano. No podemos postergar ni un minuto más los beneficios de la democracia ambiental en América Latina y el Caribe. Por eso, ONU Medio Ambiente llama a todos los países de la región a ratificar el histórico Acuerdo de Escazú.
La región puede hacer historia a partir del 27 de septiembre, cuando en el marco de la Asamblea General de las Naciones Unidas, sus 33 países podrán ratificar este acuerdo, el primer tratado vinculante del mundo que otorga a los derechos ambientales la misma posición legal que tienen los derechos humanos a nivel global.
Este consenso regional, firmado en marzo de 2018 en Escazú, Costa Rica, es producto de cuatro años de negociación y se deriva del Principio 10 de la Declaración de Río sobre Medio Ambiente y Desarrollo, de la conferencia Río + 20 en 2012. Su contenido vanguardista es una respuesta a un clamor auténticamente latinoamericano y caribeño: que el desarrollo sea producto de la participación ciudadana y que sea inseparable de la protección ambiental.
El acuerdo busca garantizar el acceso a la información confiable, a la justicia y a la participación pública en asuntos ambientales. Es un tratado clave para proteger a los defensores ambientales, aquellos quienes han estado dispuestos a dar su vida por un planeta más sano y sostenible. Esto es relevante, en momentos en los que la región es escenario de múltiples crímenes y enfrentamientos a causa de la posesión de la tierra y los recursos del subsuelo.
Solo en 2017, 60% de los 207 asesinatos de defensores ambientales ocurrieron en América Latina y el Caribe, según datos de la organización de monitoreo Global Witness. Alrededor de 25% de los defensores asesinados provenían de comunidades indígenas, en especial en la Amazonía.
Muchas más personas son maltratadas y expulsadas de sus hogares a causa de la defensa de derechos ambientales íntimamente relacionados con otros derechos humanos, como la vida, la salud o el trabajo. Para proteger a estos héroes anónimos que están pagando el precio más alto por defender nuestro entorno, ONU Medio Ambiente lanzó la Iniciativa de Derechos Ambientales Los niveles de violencia contra los defensores resultan paradójicos en una región que ha dado lecciones al mundo en jurisprudencia ambiental y que alberga a economías emergentes y promisorias, con un increíble potencial “verde”.
Esta contradicción debe terminar. El Acuerdo de Escazú fortalece la consulta previa y participación pública, regula el papel de la empresa privada y garantiza que el desarrollo sea fruto de la democracia.
Un paso estratégico ahora que se intensifican los eventos climáticos extremos y el mundo acelera los esfuerzos contra el cambio climático y todas las formas de contaminación sobre la Tierra. América Latina y el Caribe tiene la oportunidad de iniciar una nueva era en derechos y ambiente.
Columnista invitado
Dir. Regional ONU Medio Ambiente