Por si no lo saben, la Real Academia Española de la Lengua describe como primera acepción de camarón o de camarona al conductor inexperto; también afirma que se trata de un ecuatorianismo. La segunda definición es la que todos conocemos: un crustáceo de tres a cuatro centímetros de largo, parecido a una gamba diminuta y comestible.
El adjetivo es de uso común en las calles, carreteras y en los estacionamientos. La expresión no puede ser más precisa y entendida por todos los conductores de vehículos. Muchos de los que obtienen una licencia para conducir se creen pilotos de Fórmula 1, otros simplemente conducen como pueden, es decir, como verdaderos camarones, lentamente por la izquierda (carril exclusivo para rebasar) en una autopista de alta velocidad.
La estadística mundial dice que el 95% de los accidentes que ocurren en los enmarañados sistemas viales es por falla humana.
Muy pocos accidentes ocurren por problemas mecánicos o porque un meteorito impactó a pocos metros por donde alguien conducía un vehículo. En las temporadas invernales se repiten más las incidencias, pero manejar un automotor con las llantas lisas también es responsabilidad del conductor.
La buena noticia para todo esto es que está muy cercano el día (no más de cinco décadas) para que todos los automóviles sean conducidos por robots, sin el uso de las manos y de los pies, simplemente a través de un sistema operativo mucho más eficiente que los actuales sistemas de guía conocidos con la sigla GPS (Global Positioning System). Un carro que se conduzca solo permitirá un mejor flujo del tránsito, menos consumo de combustible y prácticamente cero accidentes por falla humana.
Hay varias marcas que han desarrollado importantes investigaciones para lograr este objetivo. Entre ellas, Mercedes-Benz y Nissan. Según un reportaje del diario O Globo, la que está más cerca de lograrlo es la sueca Volvo. Incluso ya tiene algunas comprobaciones necesarias para tratar de acabar con los camarones y las camaronas en todo el mundo.
El programa se denomina ‘Drive me’ (llévame) y el tipo de carro tiene la denominación S6o. La fábrica sueca tiene previsto un plan experimental que comenzará el 2017, con 100 carros, que rodarán con el modo automático, pero solamente en la ciudad de Gotemburgo.
Un dato curioso que cita el matutino carioca es que el margen de error de este sistema es de 10 centímetro de distancia; casi nada comparado con el de los actuales GPS, que pueden fallar entre 10 y 20 metros. La “magia” de este invento es que en cada guardachoque se emiten señales de ultrasonido que leen todo lo que hay alrededor: otros carros, motos, bicicletas o peatones. Lo malo de este invento es que se perderá el placer de conducir, pero así como están de congestionadas nuestras calles, manejar un carro es una amarga tortura.