Partidos políticos

Puede afirmarse que en el Ecuador no existen partidos políticos. Los medios de comunicación y los propios políticos se encargaron de desprestigiarlos. Antes de la llegada del correísmo los partidos habían dejado de cumplir el papel que les es propio y Correa se encargó de enterrar sus restos.

Los partidos son grupos diferenciados que compiten por el poder gubernamental con otros grupos del sistema.

El “parti unique” es en sí mismo una contradicción. El partido único es Incapaz de representar intereses contrapuestos que co-existen en un sistema socio-político. Los partidos políticos son instrumentos del gobierno democrático, lo que requiere la presencia de, por lo menos, dos grupos opuestos. Alianza País no pasa de ser un grupo de interés y es explicable porque la autocracia no permite el derecho a discrepar, propio de la concepción democrática y requisito para la conformación de partidos políticos. A éstos corresponde coordinar los distintos intereses para que representen al conjunto social o se convierten en grupo de interés, por lo que pierden su función de intermediaros entre el gobierno y la sociedad.

En resumen, no hay democracia sin partidos, ni éstos pueden surgir fuera del sistema democrático. Así se explicada la razón por la cual no se han formado partidos políticos en los últimos diez años, a más de la falta de una elite con voluntad de organizarlos.

El señor Lasso se limitó a fundar un movimiento sin otra pretensión que la electoral. No ha entendido que en su papel de dirigente político estaba en la obligación de dar contenido ideológico y un programa de gobierno a CREO.
Los partidos son los generadores de líderes, pero aquí ocurre lo contrario: el aspirante a la presidencia de la República reúne en torno a sí a un grupo de simpatizantes, conformándose un grupo que no tiene otra misión que llevar a su candidato al poder. La política en el Ecuador se mueve en torno a caudillos. Y esta es la principal crisis por la que atraviesa la República. Los movimientos que se organizaron para hacer una mediocre oposición al gobierno de Correa y que han vuelto al anonimato, deberían recoger sus cenizas y organizar uno o más partidos políticos.
El ideal sería que sean tres las tendencias: centro-derecha, centro-izquierda e izquierda. De no hacerse no saldremos del populismo, que al momento no se practica únicamente desde el gobierno sino desde los grupos pomposamente llamados de oposición. El señor Correa, que es el maestro del populismo y de la demagogia, no tendrá contendor si desde ya no se forman partidos políticos y surgen dirigentes.

Sin partidos políticos y con la sombra del mesías, el país no logrará darse una organización que le permita retornar a la democracia y al Estado de Derecho.

Suplementos digitales