‘Son locos los que han perdido la cabeza y no la buscan”. “Lo malo de los políticos soñadores es que se duermen demasiado”. “Un mal sin remedio es el mal genio”. “Para no vivir de rodillas ahora los políticos se sientan”. “Malhablado no es el que habla mal sino el que usa las palabras impublicables del diccionario”.
Estos son unos pocos conceptos de los centenares que aparecen en el libro ‘Humortífero’ (Puro Humor Puro), publicado en estos días por Gabriel Garcés Moreano, conocido durante décadas por sus escritos humorísticos en la columna Pensándolo Bien con el seudónimo ‘Polvorín’.
Sin ambages, cuando se refirió a una renovación del Congreso Nacional, años atrás, escribió: “Estos son los dos tipos de Congreso que nos espera. Nada se dice respecto a su calidad. Por ejemplo, exigir requisitos que son notorios. Pruebas de admisión y cursos o talleres de capacitación, concursos de oratoria, clases de modales, ética y conducta. Siendo un cuerpo ‘colegiado’ debe estar formado por personas que hayan pasado por el interior del colegio”.
Polvorín es uno más de los siempre existentes cultores del buen humor que vive en Quito. Los “legítimos” son tan pocos que fundaron hace años la Sociedad de Quiteños, residentes en Quito.
Garcés trabajó y continúa escribiendo en Grupo EL COMERCIO. Lo recordamos de manera grata, pues en tiempos pasados cuando tuvimos el honor de laborar en EL COMERCIO, un selecto grupo a la cabeza del cual estaba Jorge Ribadeneira Araujo impartía notas de buen humor. La publicación humorística “60 anécdotas quiteñas” de Jorge Ribadeneira va por la tercera edición.En el campo de la caricatura, estuvieron Roque Maldonado Paredes, quien continúa hasta hoy; y Asdrúbal de la Torre Morán.
Con el entusiasmo de César Larrea Velásquez, se hicieron grandes esfuerzos económicos para publicar la revista La Bunga. Se podría decir que allí se inició una era de publicidad mezclada con humor. Por ejemplo, una del Hotel Majestic ubicado en la esquina de las calles García Moreno y Chile, invitaba a que reserven la habitación allí, porque desde la ventana se podía ver las maravillas que hacen en el Palacio de Carondelet.
El espíritu de alegría continúa en EL COMERCIO: buena muestra es la página Justicia Infinita, que aparece el viernes de cada semana.
En aquel tiempo el trabajo en el periódico era una fuente de alegría. Tanta, que Víctor Hinostroza utilizaba una parte de su vacación de 15 días, para estar en la Redacción a la que pertenecía. Se decía: aquí se gana poco … pero se goza mucho.
En estas horas de violencia, ira, soberbia, enconos y enojo, bueno sería que alguien aporte un poco de humor para dulcificar la vida de los ecuatorianos, sobre todo porque vienen tiempos de tormenta debido a la situación económica que empeora y, para remate, el fenómeno de El Niño.
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