El sacrificio de nuestros patriotas del 2 de agosto de 1810, coincide con otro sacrificio el del teniente de Caballería Hugo Ortiz Garcés, Héroe Nacional. Quien nació en Guayaquil el 5 de agosto de 1920; murió heroicamente el 2 de agosto de 1941 defendiendo a la patria, Hijo de Ángel Ortiz Montufar y Victoria Garcés Salazar. Sus primeros años vivió en su ciudad natal, posteriormente la familia se trasladó a Riobamba, Ambato y finalmente a Quito. Estudió en la Escuela García Moreno de Quito; en el Instituto Nacional Mejía hasta el cuarto curso, y luego en el colegio Militar Eloy Alfaro donde se gradúo en 1938. Alcanzó la distinción de brigadier mayor de la compañía de cadetes y primera antigüedad en la especialización de caballería. Con el grado de subteniente fue destinado al Grupo de Caballería N°4 Febres Cordero de Cuenca, luego pasó al Batallón de Infantería Oriental N°13 Ecuador, acantonado en Méndez (Morona Santiago). A fines de mayo de 1941, tras once días de viaje llegó al destacamento Santiago ubicado en la confluencia del Santiago y el Yaupi. El país en ese entonces era víctima de la invasión del ejército peruano que ocupaba las provincias de El Oro, Loja y la Amazonía.
Sin respetar el armisticio vigente desde el 26 de junio de 1941, el ejército peruano continuó invadiendo nuestro territorio. El 1 de agosto con trescientos hombres dirigido por seis oficiales atacó al destacamento del Yaupi, en el que cayeron heroicamente el cabo Luis Tipantuña y el soldado Alberto Orellana. Al día siguiente, 2 de agosto, a las diez de la mañana atacaron el destacamento Santiago defendido por el subteniente Ortiz y diez soldados.
Tras el nutrido fuego el oficial peruano gritó: “Subteniente Ortiz, subteniente Ortiz estás completamente rodeado, casi todos tus hombres han muerto, ríndete”. Hugo Ortiz respondió: “El soldado ecuatoriano no se rinde jamás”: los peruanos abrieron fuego y una ráfaga terminó con la vida del héroe nacional y seis soldados. Los invasores sepultaron con todos los honores al héroe al día siguiente en Yaupi. El gobierno el día 1 de octubre de 1941 por Mérito de Guerra le ascendió al grado de teniente y el 14 de octubre de 1943 le concedió la Estrella Abdón Calderón de Primera Clase. Sus restos fueron exhumados en septiembre de 1943 y en el mes siguiente llegaron a Quito tras un cortejo que recibió los honores a lo largo de todo el país. Al recibirle su madre dijo: “Hijo mío: Han pasado cuatro años y nadie ha sido capaz de quitarme la tristeza de tu definitiva ausencia. Cuando recuerdo tus cantos, “como un pajarillo quisiera volar”, cuando riego de claveles tu urna, cuando leo tus cartas optimistas de días mejores para los -2- tuyos y la Patria, calladamente brotan temblando lagrimas desde mi corazón”. “Morir por la patria, que bello morir”. “Vivir en cadenas que triste vivir…”