Sus voces han sido de las más innovadoras y determinantes para la sociedad ecuatoriana, pero las menos valoradas y reconocidas. La participación de la mujer en las organizaciones sociales, su lucha por los derechos y las reivindicaciones de género marcan verdaderos hitos en la historia social del último medio siglo.
A diferencia de lo que acontecía 50 años atrás cuando era todavía reducido el número de mujeres en las aulas universitarias, durante las últimas décadas ellas han ingresado de forma creciente a los centros de educación superior y consiguen los mayores logros profesionales y académicos.
El libro “Solo de mujeres” no se propone reivindicación alguna de género , pero nos presenta a 13 mujeres descollantes en las artes plásticas ecuatorianas desde las primeras décadas del siglo XX hasta nuestros días.
La publicación, con una factura editorial de impecable calidad, selecciona y reproduce pinturas y esculturas y las acompaña con ensayos sobre la trayectoria de sus creadoras. No son páginas frías, con vanidosas exhibiciones de erudición, sino acercamientos inteligentes y cordiales al periplo personal y la obra de las artistas. En un alarde confesional, los ensayos ni siquiera rehúyen la aproximación a la vida privada de ellas; y alternan la crítica de arte, la crónica y el testimonio, la reflexión sobre desarrollos estéticos y la caracterización de las obras.
El libro de Marco Antonio Rodríguez, que nos ha dado ya otras estupendas publicaciones de crítica y valoración de la plástica nacional, se abre con el ensayo dedicado a una pintora guayaquileña notable y poco conocida, Leonor Rosales, cuyas obras descubre primero el autor por un libro de fotografías; desarrolla después, en apretada crónica, los antecedentes familiares y la experiencia creativa de la pintora durante una década en el París de los años veinte; su regreso al Ecuador, y el abandono del arte; conjetura también las causas de ese abandono, se detiene en sus cuadros y expone esclarecedoras observaciones críticas. Siguen páginas, igualmente novedosas, con interesantísima información, trazos biográficos y caracterización del arte de Germania Paz y Miño, Eudoxia Estrella, Araceli Gilbert, Margoth Ledergerber, Carole Linberg, Pilar Bustos, Dayuma Guayasamín, Ana Fernández, Paula Barragán, Sandra C. Fernández, Larissa Marangoni, Doina Vieru. Nombres que quedarán para siempre en la memoria de los lectores, con la inquietud de seguir su obra creativa. Nombres a distancia sideral de las Pames, Gabrielas, Marcelas, y demás congéneres políticas del correísmo.
“Solo de mujeres” es una lectura ideal para iniciar con pie derecho el nuevo año. Un libro que llena un vacío en la apreciación del arte ecuatoriano contemporáneo. Y Rodríguez anuncia ya un libro más, dedicado a otras artistas.