La ideología...

Una ideología es un conjunto de ideas fundamentales que caracteriza el pensamiento de una persona, de un grupo de personas, de una época, o de un movimiento cultural, religioso o político. El género no es una convicción, creencia u opinión. Es un concepto que se usa para hacer referencia a las construcciones sociales y culturales sobre la masculinidad y la feminidad.

Distintas sociedades consideran ciertos comportamientos o actividades como apropiados o no para hombres y mujeres. Así, por ejemplo, en Arabia Saudita recién se aprobó que las mujeres manejen. Así también, en Ecuador, a algunas personas todavía les parece impensable que un hombre asuma tareas en el hogar o responsabilidades cotidianas hacia sus hijos. Las características que cada sociedad asigna a hombres y mujeres varían entre distintas culturas y mutan según la época. Por eso hay estudios y teorías de género. Una investigación, ley o política pública que adopta una perspectiva de género, tiene en cuenta esos roles y desigualdades de género.

Todos tenemos una identidad de género. En mi caso, me identifico como mujer y resulta que eso coincide con el sexo que se me asignó al nacer. No siempre es así. Luego, la orientación sexual de una persona –esto es, su capacidad de sentirse atraída por alguien más- es independiente del sexo que le asignaron al nacer, e independiente de su identidad de género.

En los últimos años, ciertos grupos han estigmatizado como “ideología de género” a las ideas políticas que buscan la igualdad de todas las personas, sin importar su sexo, género u orientación sexual. Bajo ese término se ha deslegitimado tanto la lucha de los movimientos de mujeres y LGBTI como el rigor académico de los estudios de género. Lo cierto es que, así como las mujeres estamos desproporcionadamente expuestas a formas de violencia en razón de nuestro género, las personas con orientaciones sexuales, identidades y expresiones de género diversas o no normativas, están expuestas a violencia y discriminación estructural. En la raíz de este fenómeno social están los prejuicios y estereotipos.

La creencia de que sólo ciertas personas, roles y relaciones son “normales, naturales o ideales”, es una ideología. Una ideología que perpetúa la noción de que los hombres son superiores a las mujeres y que excluye del acceso a los derechos a las personas que desafían las normas tradicionales sobre el género, desconociendo que los derechos son universales.

La Constitución prohíbe la discriminación basada en sexo, género u orientación sexual, y el Estado está obligado a prevenir y combatir la violencia motivada por estas categorías. No hacerlo, sería legitimarla y perpetuarla. Por controvertida que resulte, la necesidad de hacer frente a esta violencia es urgente, y para ello es imperativo que el Estado implemente campañas de educación y capacitación con una perspectiva de género y diversidad que, sin imponer ideología alguna, permitan comprender que el mundo no es binario y que todas las personas tenemos los mismos derechos.

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