El arte contemporáneo -social y políticamente comprometido- censura la corrupción, el tráfico de órganos, entre muchos otros temas. Este a su vez suele ser censurado por los mismos corruptos quienes desde el poder aducen sentirse “ofendidos” por una imagen “deshonesta”. Lo que quieren es sacarse al incómodo “bicho” (léase artista) de encima. Los censores institucionales o agresores de obra suelen no conocer los móviles y dispositivos que usa el arte contemporáneo. El ejercicio, entonces, proviene de “su” ignorancia y leen, para justificarse, una partecita, un desagregado de una obra, sin tomarla en su conjunto.
Este fue el ejercicio que hizo un joven estudiante en Cuenca frente a “Catalino”(2016), cuadro del artista guayaquileño Marco Alvarado, de la exhibición en el Museo de las Conceptas, actualmente clausurada. Sacó fotitos de parte de este cuadro autobiográfico, un libro de artista, imágenes de un Domingo Savio con un pene dibujado encima, un recorte de una revista porno pegada a una postal, un hermano Miguel al lado de algún ser “blasfemo”. Y así, descontextualizando todo, hace que estos detalles circulen por la Curia, las monjas conceptas, el Municipio de Cuenca, auspiciante de la muestra. Esta obra –el infierno del propio artista como el mismo señala- nada comenta sobre asuntos religiosos o eróticos (temas que a los curuchupas les pone los pelos de punta), sino que aduce a sus propios demonios. Es una obra autobiográfica muy fuerte y cuestionadora de los imaginarios que nos habitan. A todos, a todos, a usted o a mi. Por ello la muestra lleva el nombre de “Entre mi luto y mi fantasma” y el espacio seleccionado –cementerio de las monjas- está en perfecta conjunción con esta.
Con mucha cautela su flamante directora Mónica Muñoz, de una capacidad de gestión inigualable, observa uno de los acápites del estatuto de la Fundación Museo de las Conceptas que dice claramente que el Museo, institución laica, no fomentará asuntos de política o religión.En ellos no se señala que el Museo será un lugar de afianzamiento de la fe ni de pastoreo.Esta entidad ha fomentado actividades varias,incluidaelarte contemporáneo. Testigos hemos sido de muchas obras de las Bienales de Arte de Cuenca expuestas en este mismísimo sitio. Son estos programas los que crean nuevos y jóvenes públicos, los que han reactivado las visitas, los comentarios y los debates.
¿No son los museos lugares de reflexión y crítica del status quo?
Las dueñas de casa han pedido cerrar la muestra por considerar esta obra blasfema; se ha accedido a su pedido.
Lamentablemente la voz de un joven ignorante y de una sociedad aún pacata como la ecuatoriana, dan paso a esta nueva censura. Todos los involucrados conocían sobre la obra de Alvarado, ¿por qué ahora callan?