Vamos a colonizar tu mente, vamos a llenarla de información unilateral, indiscutible y verdadera. Vamos a empacarla al vacío, muy bien sellada. Vamos a poner la pica en Flandes. Vamos a tomarnos la molestia de repoblarla [tu imaginación] con nuestra propaganda, de modo que cuando prendas tu televisor nos mires solamente a nosotros y no puedas ver nada más. Vamos a ‘resetear’ tu cerebro, para que cuando enciendas la radio solamente escuches nuestras cuñas, nuestros comerciales, nuestro impuesto punto de vista, nuestra extraña interpretación de la realidad. También vamos a restablecer tu percepción de las cosas, de forma que cada vez que abras un periódico leas cómo vamos a rescribir la historia, cómo vamos a reinventar los hechos, cómo vamos a refundar todo lo que los otros -malos, mentirosos, ineficientes y mediocres- ya habían fundado decenas de veces desde hace décadas. Vamos a -literalmente- invadir tu mente con nuestros héroes y con nuestras fábulas, con nuestras ficciones, con nuestros himnos y con nuestras canciones, con nuestra bien estudiada mitología. Vamos a interferir con tu discernimiento para que seas uno de nosotros, para que lleves nuestro uniforme con orgullo, para que nos defiendas en las discusiones, para que hables con jactancia de nuestro progreso, de nuestras obras, de nuestros logros, de nuestros resultados.
Vamos a educarte como a un ciudadano modelo: es decir como a un ciudadano que no cuestiona, que cree a pie juntillas en las verdades reveladas del poder, en el evangelio de la política, en las sentencias que no se discuten, en los lugares comunes. Te vamos a proveer de una formación de excelencia, de alto rendimiento, como para que no debatas nada, como para que pienses como un verdadero autómata, como para que estés en la vanguardia de la cultura: rumiando todo el día en infiltrados, espías, desestabilizaciones, conspiraciones internacionales, magnicidios, campañas de desprestigio, soberanías y cosas por el estilo. Vamos a formarte como te mereces y por tu bien, para que obedezcas, para que acates y no deliberes, para que alces la mano bien rectita y con el pecho inflado, para que cumplas como se debe, para que guardes la disciplina como te es exigido, para que moderes tu conducta. Vamos a convertirte en un militante perfecto, en un intelectual comprometido, en un defensor de los derechos humanos que le quite la mirada a la libertad de expresión, en un campeón de la justicia que ignore olímpicamente el autoritarismo, en un progresista que venere el conservadurismo y el anquilosamiento, en un anarquista que ame con pasión lo estatal, en un pensador independiente pero orgánico. Mejor cuídate: sabemos quién eres, sabemos dónde vives, te vamos a adoctrinar, te vamos a amaestrar en el arte de negar la realidad, de acaramelarla, de la teología oficial. Vamos a colonizar tu mente, prepárate compañero y pon buena cara.