El 25 de mayo del 2016 se confirmó un nuevo brote de cólera en Ecuador. El paciente tiene 57 años de edad y vive en Machala, El Oro.
Lo confirmó el Instituto Nacional de Salud Pública e Investigación (Inspi) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) lo registró en su última actualización epidemiológica internacional, que está disponible en su portal web.
Ecuador consta ahí junto a países como Haití y República Dominicana, donde los casos de cólera ya se han convertido en un problema de salud pública mayor. Hay 13 859 confirmaciones en Haití y en el segundo país la cifra es de 714.
El caso confirmado en Ecuador no es motivo de alerta sanitaria ni mucho menos de alarma social. Se están haciendo las investigaciones y no se han detectado otros casos sospechosos; por tanto se descarta un incremento de la enfermedad en el país.
Sin embargo, debe concitar la atención de las autoridades de salud para que se definan las estrategias necesarias que permitan mantenerlo como un hecho aislado y no adquiera proporciones como las de Haití.
Ese país también enfrentó un fuerte sismo que puso a prueba sus sistema de salud y, aunque hay marcadas diferencias entre uno y otro, Ecuador debe estar pendiente para evitar que ocurra algo similar en las zonas más vulnerables del país.
El cólera prácticamente fue erradicado. La peor pandemia se registró en 1991. Entonces, 240 personas contrajeron la bacteria Vibrio cholerae, que es la causante de la enfermedad y rápidamente se propagó a la mayor parte de ciudades. Solo en ese año hubo
46 320 casos confirmados y 565 muertos.
Luego hubo brotes menores en 1992, 1995 y 1998 como lo registró EL COMERCIO, el 17 de agosto de 2014. En el combate al cólera ayudó el tener una política permanente de prevención. Fue fundamental conocer cómo actuaba, las formas de contagio, las características epidemiológicas, etc. Es importante que se mantenga esa estrategia de salud.