Las cantidades de dinero presuntamente mal habido durante el gobierno de Correa son tan grandes que no pueden ser concebidas por gran parte de la población.
Las denuncias de cohecho, concusión, colusión, fraude, malversación, peculado, etc. no informan: de acuerdo a la Semiótica, los mensajes con significados incomprendidos saturan la comunicación y solo producen “ruido”.
Para las organizaciones sociales, el mandato correísta fue hostil a ellas, hipócrita en la cuestión ambiental, opaca en el manejo económico, intolerante con la crítica. De aquí nacieron el miedo, las sospechas y suspicacias generalizados.
La autopromoción del mandatario infiltró sumisión en la psicología popular.
El sentido de la moral en la política, que debe ser único y situarse más allá de las ideologías, se fraccionó en moral oficial y no oficial.
En la Asamblea Nacional se dictaron leyes en contra de los derechos de las mayorías, la voluntad popular se omitió en el debate sobre cuestiones como las de la tierra y el agua, que los indígenas han defendido por siglos; se ignoró que el país es pluricultural, como lo reconoce la Constitución.
Se impuso la Ley de Comunicación sobre la libertad de expresión.
Los asambleístas de Alianza País minimizan los problemas que ha creado su gobierno en los planos económico y ético.
No se trata de convertir a Jorge Glas en símbolo del “mal absoluto”, pero los ecuatorianos esperan que el Fiscal General del Estado Carlos Baca Mancheno no entorpezca los trámites y que sea objetivo, que se esclarezcan las denuncias que señalan al Vicepresidente, y que no se endosen las culpas mayores a personajes secundarios.
Renegociar la deuda externa no implica que desaparezca.
Devolver a las organizaciones indígenas el manejo de la Educación Intercultural Bilingüe no oculta los graves obstáculos que hay que enfrentar: falta de investigación, extinción de las lenguas, debilitamiento de las comunidades, que necesitan de las tecnologías actuales para su desarrollo.
La consulta previa a los pueblos indígenas sobre la extracción minera está garantizada por el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo, OIT, que crea obligaciones vinculantes para el gobierno y que debe hacerlas cumplir en los hechos reales, es decir de leyes, y no solo invocarlos
Se espera del presidente Moreno que no sea parte de un guión táctico de la política correísta, sino el llamado a poner en práctica los auténticos principios democráticos y técnicos que demanda el país para poder redimirse.
Acabar con la reelección presidencial indefinida y con el írrito Consejo de Participación Ciudadana alborotará al bando fiel al mandatario anterior.
Habrá que soportarlas y elevar la vida moral del país y la consiguiente lucha popular.
Columnista invitada