‘Uno de cada tres internautas no tiene acceso libre a Internet. Unos 60 países censuran la red en diversos grados o acosan a los netciudadanos”.
“Por lo menos 119 personas están encarceladas por el simple hecho de haber usado Internet para expresarse libremente. Son solo algunas de las cifras que dan escalofrío…”.
Así empieza el informe de la organización Reporteros Sin Fronteras (RSF), a propósito del Día Mundial contra la Cibercensura, que se celebra hoy.
El documento, de 70 páginas, expresa la preocupación mundial no solo de los periodistas sino, sobre todo, de los ciudadanos comunes, frente a la cibercensura.
Ya sabemos que históricamente los gobiernos autoritarios no toleran la crítica, la opinión deliberante, la discrepancia, el debate o la independencia editorial frente a los intereses del poder político.
Pero, por las coyunturas que vivimos, la cibercensura empieza a ser una de las mayores amenazas a la libertad individual.
Muchos regímenes -de izquierda o derecha- tienen como objetivo usar todas las herramientas de su poder para cercar, minimizar, subestimar o callar a quienes no aplauden el discurso oficial.
Por eso, en distintos países de América Latina, así como en China, Irán, Libia o Egipto, gobiernos que se califican de “socialistas”, “populares” o “revolucionarios” intentan bloquear el fluir del pensamiento y la reflexión.
En una de sus contradicciones ideológicas más flagrantes, los gobiernos denominados de izquierda (que suelen atribuirse la misión de recuperar para nosotros el derecho a la libertad) tienen claro que su estabilidad en el poder depende de la capacidad movilizadora de las redes sociales.
El blog, el Twitter, el Facebook y la Internet son -cada vez con mayor certeza- un arma potente de la sociedad civil para romper la desinformación oficial o las versiones parciales de la realidad.
Gracias a esas herramientas cibernéticas, la convocatoria masiva a ejercer el derecho a la resistencia ha jugado un papel clave en las recientes revoluciones tunecina, egipcia y libia.
RSF advierte, por tanto, “que cada vez más gobiernos intentan manipular la información que circula en Internet y suprimir los contenidos críticos”.
Jean-François Julliard, dirigente de RSF, pide que “hoy, más que nunca, se defienda la libertad de expresión en línea y se proteja a los ciberciudadanos”.
La celebración del Día Mundial contra la Cibercensura no puede ser más oportuna, ahora que se avecina la consulta popular del próximo 7 de mayo.
Si la mayoría de ecuatorianos aprobara la creación del consejo de regulación de contenidos, es decir, la vigencia de un tribunal de censura manejado desde el poder central, probablemente el 12 de marzo del 2012 no celebraremos este día especial, sino que lo recordaremos en silencio.