Las actividades de pesca de una flota de barcos asiáticos, especialmente chinos, en aguas internacionales aledañas a la Zona Económica Exclusiva (ZEE) del Ecuador, en un corredor que se crea entre el límite de las aguas cercanas al continente y el que corresponde a las aguas de las Islas Galápagos, han generado un incidente diplomático con Beiging. Hay que aclarar que el país ribereño, en este caso el Ecuador, es propietario de las riquezas marinas que se encuentran en el agua, el suelo y el subsuelo en las 188 millas de la ZEE. Las doce restantes, hasta cumplir las 200, son mar territorial.
Hay que reconocerlo, la flota china, se encontraba faenando en el corredor descrito en aguas internacionales, que no pertenecen al Ecuador por lo que, no viola las leyes internacionales.
Lo que ocurre es que el tipo de pesca a esta escala y con esas artes arrastran todo tipo de peces y mamíferos sin discriminación alguna entre los que son de su interés y aquellos que no y que son parte del equilibrio ecológico de las Islas.
Por lo demás, la pesca indiscriminada de especies altamente migratorias dificulta la ubicación de los cardúmenes por su movilidad que le lleva de aguas internacionales a aguas ecuatorianas.
Siendo la fauna marina de Galápagos única en el mundo, la pesca no puede hacerse de manera arbitraria mediante simple arrastre y con técnicas que atrapan todo sin distinción entre lo que les interesa comercialmente y lo que no. Debe haber cuidado entre las dos para no afectar el ecosistema de las Islas.
Complejo el problema que ha gestionado la Cancillería en defensa de nuestros intereses, pero lo ha hecho con acierto. Hizo un pronto reclamo a China y forjó un frente común con los países de la región. La coyuntura no era la mejor. Se encontraba en esos días negociando un crédito fundamental con Beiging por más de USD mil millones.
Este incidente, que China debió evitar, ha generado una serie de desatinados conceptos. El más torpe: que Ecuador al firmar la Convemar perdió las doscientas millas de mar territorial. Como Estado parte de la convención nuestro país es dueño de la riqueza ictiológica en el mar -ni China ni ningún país puede pescar en la ZEE-, en el suelo y en el subsuelo marítimo y se beneficia de aportes adicionales que le hace la convención.
El diálogo directo fue fundamental. Ecuador protegió sus intereses y China no afectó sus relaciones con un socio clave en la región como es el Ecuador. Lo importante ahora es llegar a un acuerdo definitivo para no tener cada año problemas similares.
¡Ah! Y no era necesaria la intervención del Sr. Pompeo…