Hoy, Chile celebra su Bicentenario, gracias a la entrega de José Miguel Carrera, Manuel Rodríguez, Bernardo O’Higgins y de tantos otros.
Celebramos a la nación conservada a lo largo de la historia no sólo en los campos de batalla, sino en la lucha de sus habitantes por cohabitar con una naturaleza rica pero desafiante.
Celebramos los poemas de Huidobro, Mistral, Neruda y Nicanor Parra. La música de Violeta, las pinturas de Matta y de Antúnez. La alfarería de Quinchamalí y Pomaire. Los moais de la Isla de Pascua, y los tejidos mapuches.
Chile es hoy un país moderno con las puertas abiertas a un gran destino, que conserva su iden-tidad nacional, con una población reconocida por su amor a lo propio y por su orgullo de ser chilenos.
Este año Bicentenario ha traído dolor. Y estamos seguros que, encabezados por nuestras autoridades y con la ayuda de países amigos -como Ecuador-, superaremos las secuelas de los últimos terremoto y maremoto. Así también, nos estamos empeñando en el rescate de los 33 mineros, atrapados en las entrañas de la tierra, para que vuelvan a ver la luz y abrazar a sus seres queridos.
Celebramos el vivir en democracia, después de una época compleja, llena de quiebres, seguida de una transición armónica, que incluye ahora un cambio de coalición política en la dirección de la República. También, nos alegra que se respeten los derechos humanos, política transversal de todos los actores del quehacer nacional.
Nos conforta este Chile, integrado al mundo por más de 50 acuerdos económicos y políticos con países de todos los continentes y de todas las ideologías, lo que nos ha permitido ser parte de foros tan relevantes como la OCDE. También nos alegramos de la reciente aprobación del estatuto constitutivo de la Unasur. ¡Solo una Sudamérica integrada podrá hacer oír su voz!
Celebramos con optimismo, porque los índices económicos nos dicen que nuestro PIB se acerca a los 200 000 millones de dólares, lo que significa que cada habitante de Chile tiene un ingreso anual cercano a los USD 14 000 y que nos aproximamos al umbral de los países desarrollados.
Celebramos entusiastamente la relación Chile-Ecuador, siempre cercana, fructífera y fraterna, expresada ahora en un Acuerdo de Asociación.
Ambos países son respetuosos de los Tratados, con territorios que nos satisfacen y que nos son suficientes.
Por todo esto, celebramos el Bicentenario en esta tierra acogedora, que se ha transformado en la de muchos chilenos, con alegría y fervor. ¡Viva Chile! ¡Viva Ecuador!