Lógico. El tremebundo coronel Hugo Chávez, virtualmente condueño del oro negro venezolano, se dio el gusto de ganar -otra vez- las elecciones presidenciales que le permitirán sumar 20 años en el Palacio de Miraflores, si Taita Dios escucha sus palabras y le conserva la salud y la lengua. Su joven, flaco y muy educadito rival -Henrique Capriles- tuvo el alto gusto de mandarle un saludo, reconociendo -y casi aplaudiendo- la victoria chavecista. Varias incógnitas están abiertas sobre el futuro del millonario país que -en sus tiempos de pobre y luchador- fue cuna de Bolívar, Sucre y otros personajes relacionados con el antaño ecuatoriano.
Chávez festejó feliz, claro. Él y Fidel son los que más datos tienen sobre el porvenir de Venezuela. Los comentaristas, por su parte, hablan y escriben intrigados cuando calculan lo que le espera al país mientras analizan el resultado de la jornada electoral para llegar -una vez más- a la conclusión de que el Coronel es un hombre de lucha y sentido popular. Sí, pero que una buenísima parte de sus victorias se las debe al petróleo y a sus altos precios, aunque reconociendo que cuando comenzó su aventura solo rendía 9 dólares por barril.
¿Cómo gobernará Chávez tras el último resultado electoral? es la pregunta más repetida. ¿Profundizando el socialismo del siglo 21 o solucionando los problemas vigentes -inseguridad, inflación, desconfianza, baja producción- que fueron enfatizados durante la campaña?
Capriles, sin mencionar nunca la palabra cáncer ni hablar malas palabras, funcionó aceptablemente bien. Ganarles a Chávez y a su maquinaria era misión imposible pero con la votación obtenida tiende a ser un personaje del futuro. Su primer rival de la nueva serie será el ex vicepresidente Elías Jaua, con quien competirá por la gobernación de Miranda. Luego talvez se medirá con el ex chofer y ex canciller Nicolás Maduro. Por lo pronto, Jaua ya anunció que -enviado por su jefe Chávez- quiere derrotar a Capriles en el estad q ue este gobernó durante cuatro años antes de entrar a la brega por la Presidencia. Por supuesto, uno de sus primeros desafíos será mantener la unidad de su coalición integrada por zurdos, centristas y derechosos, a quienes les ofrece guiarse por el “modelo Lula”. Su fina educación puede ser una estrategia, claro. Todo esto cuando el panorama político venezolano presenta puntos oscuros, por hoy impredecibles y siempre interesantes.
La democracia con gobiernos de 20 años es otro de los temas puestos en el tapete con el triunfo de Coronel. Se dice que la re-reelección suena en el sur del continente y realmente no es una fórmula plausible para la región. En el Ecuador ha regido la presidencia de un perìodo y ni siquiera las dictaduras se han extendido como en otros lares. Por hoy funciona una propuesta de reelección pero lo más pragmático y apropiado sería que nadie piense en la aplicación de la fórmula chavecista con sus abusivos cuatro largos lustros.