Círculos intelectuales conmemoran el cuarto centenario de la muerte de Miguel de Cervantes Saavedra, autor –entre numerosas obras- de la que tiene dimensión universal: El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha.
Como todos conocen, Cervantes participó en guerras; y, al final cuando retornaba a España, su país de nacimiento, el barco fue capturado y permaneció cautivo durante largos cinco años.
En época tan lejana, él advirtió ya la existencia de por lo menos dos grandes grupos en los que se ubican los seres humanos: los idealistas y los amigos de enriquecerse. El primero, el Quijote, luchando por el bien; el segundo, Sancho Panza anhelando ser propietario de la Isla Barataria.
En la vida real es fácil observar quienes son idealistas, poco o nada afectos a lo material. Para ejemplos más cercanos, el Libertador Simón Bolívar y el líder liberal ecuatoriano don Eloy Alfaro; uno y otro luchando por una idea, agotando su riqueza personal y la de sus familias para invertirlas en campañas liberadoras de los pueblos; y, uno y otro –igual que Cervantes- para terminar en desilusión e ingratitud.
La Casa de la Cultura Ecuatoriana publica regularmente un periódico de Literatura y Arte, cuyo Director es el Dr. Irving Zapater y que lleva el título de “Letras del Ecuador”. Del mes de abril circuló el ejemplar de 71 páginas, en el que consagrados estudiosos de Cervantes y sus obras analizan la personalidad del eximio escritor, con ocasión del cuarto centenario de su fallecimiento. Víctor Ivanovici anota que el personaje de Cervantes desafía abiertamente la maquinaria represiva como institución del Estado y lo estudia en comparación con el héroe griego Ayax.
Más adelante, Vladimiro Rivas Iturralde enfoca a Cervantes y la locura. La locura gobierna los actos humanos, anota. Añade “De la lectura de las obras de Cervantes se desprende una verdad incontrovertible: su fascinación por el mundo de la locura o, más exactamente, por los locos”, mencionando entre otros al “Licenciado Vidriera”, de las Novelas Ejemplares, un personaje que se creía de vidrio y vivía con el temor a quebrarse al menor contacto con los demás hombres.
Sería conveniente y útil que los estudios antes mencionados sobre Cervantes fuesen impresos -con autorización de la Casa de la Cultura- en un folleto para distribuirlo en los establecimientos de educación secundaria, donde la gente joven se ubica en el mundo del idealismo, del coraje, del desprendimiento y con la meta de servir a la colectividad.
Nota curiosa de este número de Letras del Ecuador es una revelación: el dos veces Canciller de la República y personaje destacado en las Naciones Unidas, el ecuatoriano Dr. Luis Valencia Rodríguez, recuerda su etapa como periodista en el diario Liberal, con el artículo “Mi paso por el diario El Día”.
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