Las balas disparadas al aire no solo matan a inocentes. También dejan un rastro de tragedia que afecta a las familias y a las comunidades donde ocurren estos terribles incidentes. Por eso, todo el país debe unirse en torno a la campaña por la paz y toda medida debe ser reforzada para perseguir y procesar a los protagonistas de esta irresponsabilidad criminal.
Desde esta actitud debemos emprender el camino hacia la Navidad y la despedida de año, para evitar tragedias. En las fiestas del cierre de 2012 no hubo muertos a causa de balas perdidas, aunque sí se registraron tres heridos en San Germán, Loíza y Trujillo Alto. Pero no podemos bajar la guardia.
Se prevé que la campaña de este año pudiera tener un efecto mayor que otros años, con la legislación ante el gobernador Alejandro García Padilla que establece penas de cárcel, sin derecho a probatoria, para aquellos que sean convictos de disparar al aire. La medida de administración se aprobó en las postrimerías de la recién concluida sesión ordinaria. Este año, como desde hace una década, se ha iniciado ya la campaña de concienciación de la ciudadanía y sus promotores, encabezados por el líder comunitario Roberto Pérez Santoni, conocido por Papo Christian, anunciaron una marcha a realizarse mañana, a las 10:00, por las calles del residencial Manuel A. Pérez, en Río Piedras.
Como cada año para estas fechas, la campaña de Cero Balas al Aire no puede ser una actividad limitada a la comunidad que la promueve. Debe ser un compromiso solidario de todas las comunidades, de todos los ciudadanos, y no solamente en la temporada navideña, sino en todo el año.
Desde que Papo Christian comenzó a promover la campaña de Cero Balas al Aire, en el 2004, la cifra de muertos y heridos se ha reducido dramáticamente. Por ejemplo, entre 1998 y 2003, hubo cinco muertos, incluidos niños, adolescentes o sexagenarios. En el 2003, solamente se registraron 22 personas heridas.
En contraste, en el 2010 se reportó una muerte por disparos al aire, la del adolescente Francisco Javier Cancel Flores, de 14 años y vecino de Bayamón. Y en el 2011 ocurrió la de Karla Michelle Negron Vélez, de 15 años y residente de Santurce, cuyo caso se convirtió en un aldabonazo a la conciencia ciudadana.
La Policía hace un llamado constante a la ciudadanía para que colabore con las autoridades en la identificación de los criminales que asesinan a diario en nuestro país, en la gran mayoría de los casos disparando deliberadamente contra sus víctimas, pero esa cooperación debe también manifestarse durante la temporada navideña, en la que más que en ninguna otra época del año, irresponsables atentan contra la seguridad pública haciendo disparos al aire.
Debemos recordar que no son menos asesinos aquellos que matan a causa de su afán de “celebrar” sin preocuparse por la vida de las demás personas que pueden ser víctimas de esos disparos.
Por ello, el país debe adquirir conciencia plena de lo que representan las balas disparadas al aire y debe asumir una actitud de cero tolerancia con aquellos que anteponen su diversión a la seguridad pública y que son capaces de marchitar una vida, de provocar una tragedia, de marcar para siempre a una familia y a una comunidad, con su conducta deleznable. Deben ser denunciados por sus propios vecinos y familiares.
Editorial El Nuevo Día, Puerto Rico, GDA