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El catoblepas

La Revolución Ciudadana levanta la mirada y da muestras de apertura hacia otros horizontes. Ya está claro que desea un acuerdo comercial con la Unión Europea porque no puede dejar fuera del mercado a 1 308 exportadores. Otra muestra de apertura es la decisión de emitir bonos por 700 millones de dólares y la contratación de un crédito de mil millones de dólares con EE.UU., lo que puede significar un retorno a los organismos multilaterales.

El Presidente realiza ahora una gira académica por tres universidades de Estados Unidos, la promoción publicitaria de esta gira se ha denominado "Ecuador le habla al mundo". En la Universidad de Harvard ha explicado cómo logró el "milagro ecuatoriano". El cambio de la matriz productiva incluye a la empresa privada y cuenta con ella en proyectos como el cambio de gas por electricidad y el reemplazo de productos y materias primas importadas por producción nacional. La inversión voluminosa en la promoción turística es otra muestra de apertura que olvida prejuicios.

Hasta ahora la Revolución Ciudadana vivía, como el catoblepas, mirando el suelo que pisa, igual que Venezuela y Bolivia. El catoblepas es un animal mitológico que tiene la cabeza tan grande que no puede levantarla del suelo. Tiene escamas en el lomo y melena, pero su cuello es fino como tripa vacía, según la descripción de Flaubert. Su aliento es letal porque se alimenta de hierbas venenosas y puede, como el basilisco, matar con solo su mirada.

La Revolución Ciudadana puso su mirada letal en periodistas independientes, políticos de oposición, líderes gremiales, empresarios. Como otro monstruo mitológico, Argos, tiene mil ojos que vigilan y castigan. La Justicia, la Asamblea, la Corte Constitucional, la Superintendencia de Comunicación, el SRI, la Contraloría, vigilan a los ciudadanos y nadie les vigila a ellos. Los periodistas "retirados", Jiménez y Bonil, los exilados en Estados Unidos, Panamá o República Checa, los de Luluncoto y los del Central Técnico, los diarios El Universo, Expreso y Hoy han sentido la mirada de Argos y el catoblepas. Ahora es Diego Oquendo a quien quema esa mirada amenazadora.

Es un alivio advertir que la Revolución levanta su cabeza hacia nuevos horizontes aunque haya todavía señales contradictorias: se negocia con la Unión Europea un tratado de comercio pero se establecen trabas disfrazadas al comercio; se invierte generosamente en la promoción turística pero se prohíbe la venta de licores los domingos o se prohíben los casinos vinculados al turismo de alto nivel; se realiza la gira denominada Ecuador le habla al mundo, pero no se escucha lo que el mundo le habla al Ecuador a través, por ejemplo, de la CIDH o las organizaciones de periodistas. Hablar y escuchar es la relación que necesitan los países para insertarse en las redes mundiales del comercio, la tecnología, la cultura y el saber.