Si se pretende progreso para la vivienda social, no son suficientes el capital y el inversionista. Elementos decisivos son la seguridad jurídica y una poda de la legislación vigente para este sector.
Mientras en el país el pan de cada día sea la pelea de políticos y sus espectáculos, nada cambiará. La falta de seguridad, la desconfianza frenarán la inversión.
Prueba al canto. Inconforme con la vida de inquilino, me invadió el entusiasmo de contar con una vivienda propia, pero no de aquellas ya construidas solo con una pared separatoria y con la obligación de guardar armonía con el vecino en ocasiones de malas costumbres. Tenía localizado el terreno. Pregunté en el banco la posibilidad de obtener un préstamo de alrededor de 100 mil dólares. Me dijeron que sí.
A esta altura tenía fresco en mi memoria el extraordinario estudio del doctor Fabián Corral (EL COMERCIO.-El Poder de la Burocracia, 13 de agosto de 2020) sobre los trámites, comenzando por la ventanilla donde reciben la solicitud; y, luego, las exigencias a superar en ese mundo abundante donde algunos burócratas -además de su tendencia cómoda- deben resolver a base de esa selva jurídica obstruccionista, so pena de ser sancionados.
Con un amigo entendido en la materia, averiguamos algo de trámites y normas en el Municipio. Aquí está el resultado, anticipando mi oferta de disculpas por las imprecisiones en que pude incurrir: 1.-Informe de Regulación Metropolitano. Es necesario: a) Levantamiento topográfico geodiferenciado; b) Certificado de gravámenes actualizado; c) Escrituras del terreno. 2.-Con la Cédula catastral debe acudir al Registro de la Propiedad para obtener certificado de gravámenes actualizado. 3.- Luego, a la Dirección General de Catastros para la línea de fábrica. 4.- Presentar los planos arquitectónicos para su aprobación. 5.-También, planos electrónicos estructurales y sanitarios. 6.- Ingresarlos a las entidades de revisión. 7.- Pagar a la Empresa Municipal de Residuos sólidos (basura y material restante de la construcción) de acuerdo al área construida. 8.- Una vez con todos los documentos (incluido certificado de que el constructor no debe al Seguro Social); y revisados, le dan un valor a cancelar. Ya cancelado, se obtiene la Licencia de Construcción. 9.- con la Licencia, acudir a la Agencia de Control y pedir que le permitan iniciar la obra. 10.- Terminada la casa, obtener permiso de habitabilidad.
Este rosario de trámites hay que realizarlos en diversas oficinas municipales. Por estas dilaciones, hay tanta gente que se lanza a construir sin aprobación de planos, exponiéndose a multas y reproches y hasta la amenaza de derrocamiento de la casa nuevecita.
En definitiva: mi amigo y yo convenimos que ya no construyo la linda casa nueva e independiente. Queda como un sueño para el futuro.