Hace ocho años se plasmó la idea de doña Gi Neustaetter, una mujer de origen judío-alemán que se radicó en Quito después de huir junto a su esposo Hans del horror de la Segunda Guerra Mundial y del fanatismo nazi que quería apoderarse del mundo. Quienes la conocieron afirman que su anhelo era dotar a la capital de los ecuatorianos del mejor escenario de conciertos de música académica de América Latina. Falleció en mayo del 2004, antes de que finalice la construcción de la Casa de la Música.
Son dos salas de primer nivel, una con capacidad para 720 personas y otra para 80. Directores y prestigiosas orquestas se han presentado en este escenario que ya es conocido en el mundo. En ambas salas destaca la acústica excepcional para música sinfónica, la comodidad y el buen gusto para asistir a conciertos de gran calidad. Importantes músicos de varias nacionalidades incluso han preferido estrenar sus obras en el escenario de la calle Valderrama, casi a los pies del Pichincha y en medio de un espacio natural que sorprende por su belleza.
Como parte de la conmemoración por los ocho años de esta monumental obra, la Fundación Filarmónica Casa de la Música organizó para este jueves un programa excepcional con la presencia de la Orquesta Sinfónica de Lituania, dirigida por Vladimir Lande. El repertorio parece ser inédito y al mismo tiempo sorprendente.
El programa incluye unos preludios del lituano Mikalojus K. Ciurlionis (1875-1911). Lo que más se conoce de este artista es que compuso un poco más de 200 obras musicales y plasmó alrededor de 300 pinturas. En el programa se incluye el Concierto para piano y orquesta en Fa mayor del compositor estadounidense George Gershwin (1898-1937).
Gershwin fue un gran compositor de obras sinfónicas. Hay una muy especial, la ‘Rapsodia in blue’, donde se aprecia todo el talento de este músico hijo de inmigrantes rusos. Muchos atribuyen a Gershwin el nacimiento de la identidad musical de los Estados Unidos, especialmente por el jazz. No conozco el orden del programa, pero seguramente el cierre será con la Sinfonía 4 en Mi menor de Johannes Brahms. Tampoco estoy seguro si esa grandiosa obra del compositor alemán ya fue interpretada en Ecuador. Como es conocido, Brahms solo compuso cuatro sinfonías, todas maravillosas, especialmente la 4, que algunos músicos o directores han dedicado mucho tiempo a investigar la estructura de esta obra.
En intensos diálogos temáticos, a veces interminables a través de Twitter, el músico Boris Cepeda me envió un enlace en el cual se aprecia al director y compositor estadounidense Leonard Bernstein analizando esta original y monumental sinfonía estrenada y dirigida por Brahms en 1885, casi 10 años después del estreno de su primera sinfonía, otra gran obra que desata pasiones musicales.