No. No es el cuento de Cortázar, pero se parece. En el cuento la pareja de hermanos viven con recuerdos e historias en su casa colonial y de repente un murmullo externo, misteriosos sonidos, intrusos de niebla, van poco a poco, amenazantes, despojándolos de cada uno de los cuartos memoriosos, hasta que los arrojan fuera y ellos sienten su desdicha como normal e irremediable, porque es el año 46, luego de la segunda guerra mundial y ha asumido el poder el General Perón.
Me ha venido al recuerdo el cuento, luego de la aprobación por parte de la Asamblea (86 votos) de la Ley Orgánica de Cultura, en la que se despoja a la Casa de la Cultura Ecuatoriana de su autonomía conceptual y la armonía con cada uno de sus Núcleos, como un todo. Ahora, un Acuerdo Ministerial dicta un arbitrario Reglamento de Elecciones de las dignidades provinciales y nacionales de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, en el que se encuentra perlas como ésta: “Que conforme lo dispone el artículo 378 de la Norma Suprema, el Estado ejercerá la rectoría del sistema a través del órgano competente, con respecto a la libertad de creación y expresión…”. ¡Será de dejar pasar tamaño despropósito!
El 2 de febrero enviaron del Ministerio ese Acuerdo, al otro día enviaron otro corrigiendo el anterior porque el día de las elecciones caía Viernes Santo, y próximamente enviarán otro corrigiendo la palabreja en negrita, que trastorna el sentido de la frase. Y todo por el apuro de último rato, lo que bien podría abrir acciones de protección en cascada.
Hasta el 28 de abril quieren tener electas todas las dignidades de la Casa y “organizado” un Registro Único de Artistas y Gestores Culturales, (sin reglamento).
Otra perla de este desatino está en los requisitos para elegir dignidades de la Casa de la Cultura. Solamente pueden aquellos que tengan dos años de membresía con anterioridad a la convocatoria a elecciones, o estar inscritos en el RUAC; acreditando cinco años de experiencia en la creación o producción artística. O sea que el miembro del RUAC puede elegir o ser elegido, al otro día de inscribirse y el miembro de la Casa necesita dos años de membresía. ¿Quién calificará el RUAC?, ¿A qué tiempo?, ¿Podrán participar indiscriminadamente todas las personas? ¿Quién califica la experiencia demostrable?
Estamos por el RUAC. La definición de profesionales por el arte y la cultura debe estar sustentada en un reglamento. Dicho reglamento debe tener los parámetros para acceder a registrarse, tiempo de ejercicio profesional, género al que se dedica el artista, estudios, publicaciones, exposiciones, y otros.No existe un reglamento, solamente una plataforma por internet. Nadie sabe cómo llenarlo. ¿Serán los murmullos de la Casa tomada?
* Presidente de la Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamín Carrión