Cartas al Director / 25 de abril de 2022

El Gobierno ha sembrado dudas..., y ahora cuesta creerle

Francisco Antonio Llanes Suárez

La política ecuatoriana resulta tan decepcionante, digo esto porque se dan en ella acuerdos o pactos entre políticos (la mayoría de ellos por debajo de la mesa), como los de la “regalada gana”, que uno ingenuamente cree que jamás se llegarían a dar. Y no porque sus posturas ideológicas sean totalmente opuestas (o irreconciliables), sino porque hay hechos repugnantes, como, por ejemplo, los que carga el correísmo y el propio Rafael Correa, que moral y éticamente impedirían hacer un acuerdo o pacto, aunque sea por una buena causa.
La representación de los ciudadanos que la ostenta el Gobierno nacional no puede ser negociada si la parte con la que se busca llegar a un acuerdo arrastra casos que han sido condenados, no sólo por la justicia sino, también, por la población, a la que le cuesta creerle al oficialismo, por más que se esfuerce en negar que no hay ningún acuerdo con la podredumbre correísta. Y eso es lo que ahora sienten con rabia los ciudadanos, con la liberación de la cárcel del exvicepresidente Glas, que su esperanza de cambio se la ha arrojado al tacho de la basura. ¿Acaso esto llevó al presidente Guillermo Lasso a no aplicar la muerte cruzada cuando tenía listo el decreto?  

Presidente Lasso

C. Aquiles Vicuña P.

Señor Presidente Lasso, en varias cartas a los lectores dirigidas y aceptadas en este prestigioso Diario antes y después de su triunfo estuvieron deslindadas de cualquier afán personal, pero sí el deseo perseverante que en sus manos iba a producirse cambios de la cínica estructura de sátrapas y delincuentes que rodeaban a Correa en su mandato. Comentarios muy desafortunados hacen sobre el habías corpus a favor de Glas, dicen se fraguó una componenda entre su gobierno y el correísmo No quiero pensar y peor aceptar una desafortunada e intolerable actitud como la irrogada a las conciencia honesta del pueblo ecuatoriano. Muchos comentarios con mucha razón emiten las conciencias puras. Yo no quiero aceptar. Se convertiría en un infortunado dolor. No quiero admitir se ha defraudado mis sentimientos y la política se extinguiría en mí ser para siempre. Vimos a Jorge Glas con su sonrisa de oreja a oreja. Dejaba su hogar correccional de Latacunga rumbo a gozar de los millones de dólares mal adquiridos; consecuentemente, usurpados a cada ecuatoriano . Seguiremos observando a los otros delincuentes, se sienten con iguales derechos. Nuestra justicia está podrida, padece de jueces probos y honestos, hay insolvencia en sus mentes, se venden al mejor postor, están a disposición de saqueadores ávidos de gozar mayores fortunas como lo hizo el prófugo de Bélgica.
Ya son dos los beneficiados de la justicia, uno con el hábeas corpus y el pobre anciano Pablo Celi por su tercera edad. Bueno, estas maniobras que invalidan los más sagrados dictámenes del poder judicial les causará hilaridad, estarán mofándose regocijándose de sus oscuras maniobras que derrotaron con procacidad esos dictámenes. 

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