Mucha agua ha pasado por el río desde 1996 cuando Abdalá Bucaram le ganó por muy poquito las elecciones presidenciales en segunda vuelta. Y ese poquito fue una coalición de izquierda que hizo todo lo posible por cerrar los ojos al populismo descontrolado, con tal de no elegir a un gobierno que consideraban iba a ser de extrema derecha. Ahora, más de 23 años después, no sólo que hay otra tienda política que se ha posicionado a su derecha, CREO, sino que usted liderada el único partido institucional que data de antes del regreso a la democracia en 1979 y donde se podría esperar –mínimamente- que haya disciplina partidista. Hay quienes dicen que usted co gobierna o, por lo menos tiene idea de a dónde va el país. Quién sabe.
Preámbulo necesario para decir que empecé a escribir esta carta el día que usted se declaró feminista, creyendo –ojalá con razón- que usted puede zanjar el debate sobre la despenalización del aborto por violación, de una vez por todas. No sé si está consciente de que el principio más importante del feminismo es “estar consciente del lugar de privilegio” y luchar por eliminar la discriminación en todas sus formas. Y nada, absolutamente nada, atenta tanto contra las mujeres que criminalizarlas por ser pobres, por estar asustadas y querer terminar un embarazo que para ellas es una tortura. Como ve, abogado Nebot, el debate no es la falacia que repiten: no se pueden salvar las dos vidas; para las mujeres que han experimentado el dolor de la violación o el incesto, ya fueron condenadas a una vida sin vida y no por casualidad muchas terminan en suicidio. Algunos le dirán que se puede salvar las dos vidas. ¿En serio cree que las más de 2 500 niñas y adolescentes que dan a luz cada año van a poder ser asistidas? Se da cuenta del ejército de trabajadores sociales, centros de asistencia, casas de refugio y hogares sustitutos se necesitan? No es que la despenalización del aborto elimine el problema, sólo lo descriminaliza, lo vuelve un problema de salud, íntimo, personal y no penal? Hasta Giscard D’Estaing, católico convencido, cambió la historia de Francia entendiendo la crisis social y de salud que vivían las mujeres.
Sinceramente no creo que pueda ganar la Presidencia en una segunda vuelta si es que usted no demuestra que tiene liderazgo en este tema y llama a votar por la despenalización no sólo a sus 16 diputados, sino a todas las demás bancadas políticas. La sombra de haber dado la espalda a las más pobres y vulnerables del país para que sean niñas, no madres, volcará a los grupos progresistas a votar por cualquiera que sea su contrincante. Los demás líderes de bancada deberían hacer lo mismo, especialmente María Paula Romo –una feminista declarada- que controla supuestamente 43 diputados, de los cuales apenas 9 están declaradamente a favor. Si no se despenaliza el aborto por violación, cualquier declaración de feminismo o progresismo caerá en saco roto.