Carrera de caballos

No, este artículo, a pesar de su título, no se refiere a persona alguna, peor a candidatos, ni al proceso electoral en marcha, en el que se aprecia cómo la autoridad a cargo de su organización y proclamación de resultados, ha dado muestras de su preferencia hacia los candidatos de un movimiento político, cuyo color ha invadido el Ecuador y los medios públicos.

Función Electoral que también es de propiedad del Poder Ejecutivo que decide en la vida de todos los habitantes de esta República, a pesar de existir ciudadanos que no se dejan embaucar con la atosigante publicidad oficial.

No, insisto, este comentario no es político en esencia, a pesar de la intención de escribir sobre ciertos candidatos que siguen en carrera. Algunos que merecen madurar, continúan "verdes". Cualquier momento se caen del árbol que les dio fuerza, para luego ser abandonados por el dueño de la hacienda en donde ese frutal se plantó. Este artículo se refiere a otra consecuencia de la consulta popular organizada, dirigida y subvencionada por el partido de gobierno. Allí se preguntó al pueblo, asfixiándolo con la propaganda oficial, sobre los juegos de azar.

El pueblo, mal informado, atemorizado y bien aleccionado por las huestes gubernamentales, resolvió que los juegos de azar, se los prohíba. Por ello, los casinos fueron cerrados, y a la calle miles de ecuatorianos que honradamente trabajaban en esos sitios.

En los hipódromos corren animales finos de raza. Nacidos y entrenados para participar en las competencias, sin hacer trampa. Los asistentes, previamente a que los caballos sean ubicados en los corrales de partida, ya conocen las condiciones y cualidades de cada equino, así pueden efectuar sus apuestas. Los animales miran al frente con el único fin de alcanzar la meta, es decir, cumplir con su obligación. En otras palabras, lograr el objetivo para el que han sido preparados, y satisfacer a aquellas personas que apostaron por ese bicho, cuidadosamente tratado durante un extenso período de entrenamiento y dedicación. ¡Se da cuenta, amable lector, cómo me refería a esos bellos cuadrúpedos! Hipódromos son definidos en el Reglamento a la Ley de Turismo como "Establecimientos turísticos que prestan servicios de juegos de azar, mediante la realización de carrera de caballos, de manera habitual y mediante apuesta…". Este concepto puede generar dudas en muchos de los lectores, en lo referente a qué mismo me refiero en este artículo. Hay coincidencias, pero lo que en realidad quiero hacer hincapié es en el hecho de que las carreras de caballos, al ser definidas como juegos de azar, estarían prohibidas en Ecuador.

No apuestas, no licor, no diversión luego de ciertas horas, no toros, no caballos, no peleas de gallos, no libertad de expresión, ¿qué limitación vendrá luego?

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