Dos noticias coparon la atención del país el fin de semana: el emocionante triunfo de Richard Carapaz en el Giro de Italia 2019, una de las tres competencias de ciclismo más importantes del mundo, y la orden de prisión contra tres de los más cercanos colaboradores de Rafael Correa: el ex secretario Jurídico de la Presidencia, Alexis Mera; la ex ministra de Obras Pública y de Vivienda, María de los Ángeles Duarte, y el ex secretario de la Administración, ministro de Turismo y factótum de la publicidad durante el correísmo, Vinicio Alvarado. Los dos primeros fueron apresados. El tercero es aún buscado por la Policía. Sobre los tres la Fiscalía del Estado ha iniciado una investigación por supuesto delito de concusión.
Impresiona conocer que Richard Carapaz, en su infancia, sufrió el robo de la única bicicleta de la familia, de color azul. El padre, que transportaba chatarra, la recuperó sin asiento, ni pedales completos, ni neumáticos. En esa esquelética bicicleta de la pobreza inició Richard su pasión por el ciclismo recorriendo los páramos y los polvorientos caminos de Playa Alta, la comunidad andina carchense cercana a la frontera con Colombia.
Los mayores triunfos internacionales deportivos del país han sido fruto de esfuerzos individuales y, en este y otros casos, pasaron por la experiencia de condiciones familiares modestas y sin apoyo de las instituciones estatales. Qué buen sentido muestra Carapaz cuando reconoce que ha logrado su hazaña a pulso, pero por ello no quiere sentirse más importante que otros. Perseverancia, fortaleza, disciplina, modestia, honradez son algunos de los valores que transparenta el campeón del Giro de Italia. Valores propios de lo mejor del pueblo ecuatoriano.
Uno de los elementos de convicción entre los 10 presentados durante la formulación de cargos contra Mera y Duarte es un cuaderno de 38 páginas encontrado al allanar el departamento de Pamela Martínez, que fue asesora de Correa y jueza de la Corte Constitucional. Ese documento muestra una trama de pagos ilegales por parte de empresas como Odebrecht y otras, que se beneficiaron con millonarios contratos del Estado.
La ex asesora presidencial ha revelado que, tras una visita de Mera en la que pedía dinero para unos “pagos urgentes”, el presidente Correa le sugirió a ella que hablara con Jorge Glas de ese pedido. Días después, aseguró, llegaron varios sobres con dinero en efectivo de parte del ex representante de Odebrecht en Ecuador, Geraldo de Sousa.
Dos mundos opuestos, el transparente y ejemplar de Richard Carapaz y, en el otro extremo, el viscoso, prepotente y oscuro de la cúpula del gobierno de las manos limpias, casi una veintena de cuyos integrantes se encuentran presos, con grillete electrónico, prófugos o sentenciados…