Cannabis, no solo medicinal

Fueron casi tres meses de un insoportable dolor en la espalda y la cadera. Se habían asentado más las vértebras. La añeja osteoporosis le había pulverizado la columna vertebral. Se hizo de todo y la morfina no le hacía efecto. Cada día era un martirio. La vida se tornó una tortura. Dejó de comer. Ya no quiso vivir más.

Mientras ella languidecía, los familiares no soportábamos verle sufrir. Allí comprendimos que aferrarse a la vida en esas condiciones era una crueldad. Que así como, cada vez más comprendemos la lucha por el buen vivir, también hay que luchar por el derecho al buen morir. Morir sin dolor y con dignidad.

Los tratamientos paliativos y el control del dolor llegan a un límite con la morfina. Más reportes testimoniales y científicos hablan de las bondades del cannabis medicinal, como instrumento terapéutico, para combatir el dolor crónico por cáncer y otras enfermedades, para contrarrestar los efectos de la quimioterapia, epilepsia refractaria, esclerosis múltiple y anorexia de portadores de VIH.

La validez del uso del cannabis medicinal recientemente penetra el entendimiento de una sociedad con mentalidad medieval. Hasta hace poco su uso era penado por la ley. Sólo el sacrificado esfuerzo de la Liga del Cáncer de Seno, dirigida por Nelly y Alexis Ponce, lograron que la Asamblea en el 2017 apruebe la reforma al Código Penal, elaborada por el entonces Defensor Público Ernesto Pazmiño, dando paso al uso paliativo y terapéutico.

Mientras las telarañas nos continúen sujetando la mentalidad, las relaciones sociales, económicas, en Colombia y otros países de América Latina, ya producen medicamentos del cannabis. Y, como siempre las multinacionales se hacen ricas con su comercialización.

Pero la planta no solo tiene un uso medicinal. Tiene una extraordinaria aplicación industrial. Se pueden elaborar más de 25.000 productos, desde textiles, alimenticios y hasta biocombustibles. Es una alternativa para bajar la incidencia de combustibles orgánicos que incrementan el calentamiento global.

Por esto el uso productivo del cáñamo industrial es promovido con fuerza en la Unión Europea, China, Corea del Sur, Rusia y Canadá. De allí la importancia estratégica y económica de la firma del Acuerdo Ministerial 109 del MAG que reglamenta en el Ecuador el uso del cáñamo industrial.

Sin embargo, acogiendo la postura de la Agrupación de pacientes y de familias de cannabis medicinal, que saludan la regularización del cáñamo, piden corregir dicho instrumento legal para permitir la producción comunitaria, el auto cultivo, asesoramiento técnico, e investigación.

La pandemia ha cuestionado seriamente el modelo primario exportador extractivista y minero. Hay que potenciar la agricultura. El tema del cannaBis medicinal y del cáñamo industrial aparece como una notable oportunidad para impulsar el desarrollo sostenible, el buen vivir y el buen morir.

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