La Inteligencia Artificial (IA) crece a pasos agigantados en el mundo, alcanzando cada día a nuevos sectores de la sociedad. En esta expansión, el turno le ha tocado a la política ecuatoriana. En el debate presidencial obligatorio del 19 de enero de 2025 y en los planes de trabajo, varios candidatos a la presidencia de Ecuador plantearon el uso de IA en nuestro país. En esta columna vamos a revisar sus propuestas y la factibilidad de su implementación.
Empecemos por lo más general y fundamental: ¿Ecuador requiere de IA? Sí, la IA es la catalizadora de la cuarta revolución industrial. Esta revolución se produce por la creación de programas computacionales que, en el corto y mediano plazo, simulan ciertas capacidades de la inteligencia humana y, en el largo plazo, exhibirán capacidades superiores a la inteligencia humana. Por lo tanto, los productos y servicios basados en IA tienen un potencial transformador muy grande para el desarrollo de una nación. Por ejemplo, Estonia se ha posicionado como líder en gobernanza digital, implementando en sus servicios gubernamentales para ciudadanos y negocios múltiples soluciones basadas en el uso de IA. Estas soluciones le han permitido a Estonia procesar más del 95% de sus trámites gubernamentales en línea, reduciendo drásticamente el tiempo y los costos administrativos, además de mejorar la accesibilidad para sus ciudadanos.
Al revisar los planes de trabajo de cada uno de los 16 candidatos a la presidencia de Ecuador, se puede verificar que 13 de ellos hacen alguna mención a IA. Por su parte, los candidatos Jorge Escala, Henry Kronfle e Iván Saquicela no plantean el uso o desarrollo de IA en sus planes de gobierno. Los 13 candidatos que sí plantean el uso de IA lo hacen en diferentes ámbitos de aplicación. Por ejemplo, en seguridad se plantea el uso de IA para prevención del delito y vigilancia. A este eje apuntan los planes de Luiza González (con reconocimiento y rastreo facial y de vehículos en el sistema ECU 911), de Víctor Araus (con tecnologías avanzadas para el control del crimen),de Andrea González (con prevención del delito), así como la propuesta de Juan Iván Cueva para detectar actividades ilícitas, y la de Francesco Tabacchi para combatir el fraude en contrataciones públicas.
En el sector educativo se plantean propuestas como la de Henry Cucalón, enfocada en modernizar la educación con programas STEM; la de Luis Felipe Tillería, centrada en la enseñanza personalizada con IA; y el proyecto “Genio Ecuatoriano” de Enrique Gómez para personalizar la educación. Por su parte, quienes buscan impulsar el desarrollo económico son Leonidas Iza (con el fomento de la economía FINTECH), Carlos Rabascall (con la diversificación de exportaciones y agricultura inteligente), y Daniel Noboa (con la optimización de procesos públicos y detección de evasión fiscal). También existen planteamientos más transversales como el de Pedro Granja, que propone una ley para regular el uso de IA, o el de Jimmy Jairala, quien se orienta a la transformación económica a partir de la innovación tecnológica. En este mismo eje, Enrique Gómez plantea la creación del Ministerio de Inteligencia Artificial y Tecnología (MIAT).
El común denominador para todos los candidatos que han hecho propuestas sobre IA, es la falta de profundidad sobre cómo las financiarán e implementarán. Este es un tema claveque determina su factibilidad y viabilidad y, por ende, marca la diferencia entre una propuesta demagógica o una propuesta realizable. Adicionalmente, otra característica predominante entre todas las propuestas es que no se menciona de dónde provendrá la tecnología de IA que se usará: ¿se desarrollará en el Ecuador o será adquirida en el exterior? Por el bajo desarrollo tecnológico de Ecuador, es fácil suponer que, si se ejecutan las propuestas planteadas, estas se realizarán con la intervención de empresas del exterior.
Desafortunadamente, en la mayoría de las propuestas Ecuador queda, en el mejor de los casos, como un mero consumidor de tecnología. Esto, a su vez, supone que el país siga relegado en materia de desarrollo tecnológico e innovación, lo cual necesita ser revertido con suma urgencia. Para muestra basta un botón, en el 2024, según el Índice Mundial de Innovaciónpublicado por la Organización Mundial de Propiedad Intelectual (OMPI), Ecuador ocupó el puesto 105 entre 133 países evaluados a nivel mundial. En el mismo año 2024, según el Índice Latinoamericano de Inteligencia Artificial (ILIA 2024), publicado por el Centro Nacional de Inteligencia Artificial (CENIA) de Chile, Ecuador ocupó la posición 11 de un total de 19 países evaluados en Latinoamérica y el Caribe.
Es enorme el potencial transformador que tiene la IA y, por lo tanto, amerita que los candidatos y los ciudadanos le demos una mirada más amplia y profunda. La IA no debe ser vista como un simple accesorio embellecedor de los planes de trabajo. Por supuesto, desarrollar IA en Ecuador no es un tema que se dará de la noche a la mañana, y además requerirá de una fuerte inversión pública y privada. Sin embargo, el no hacerlo implicará un costo muy alto para el país tanto en el mediano como en el largo plazo, pues seguiremos condenados a exportar materia prima o productos y servicios con mínimo valor agregado. Como consecuencia, nuestra economía no solo no crecerá, sino que puede contraerse debido a la necesidad de comprar más tecnología en el exterior. De esta forma, el círculo vicioso se puede prolongar, pues un país con una economía precaria es un país donde más gente puede caer en las garras de la pobreza y convertirse en víctima de todos sus males. Está en nuestras manos cambiar el rumbo del Ecuador para construir un futuro próspero, o seguir condenados al subdesarrollo que nos ha acompañado por muchas décadas.