Sin duda la falta de trabajo, el estado del país, la falta de oportunidades, los sueldos del sector público, los filtros y exigencias débiles para ser candidato, impulsan a la gente a llegar a puestos políticos. El Ecuador debió haber modificado hace rato los requisitos mínimos para aspirar a ocupar un cargo de elección popular. Este 2019 volverá a ser una vergonzosa novelería y pérdida de recursos al posesionar a personajes de la farándula, futbolistas y cientos de personas que apenas si acabaron la primaria y llegan en un gran porcentaje a servirse de su cargo y no para servir a la población como ha sido público y notorio, con honrosas excepciones.
Una realidad que nos hace reflexionar sobre el profundo subdesarrollo en el que vivimos y del cual no saldremos hasta que no se tomen correctivos. Se requiere que Diana Atamaint, presidenta del CNE, lidere el cambio para que en 2021, a más de reducir el número, no tengamos asambleístas improvisados y cumplan con estrictos requisitos que les permitan hacer su trabajo en caso de ocupar una curul.