La mañana de este jueves dos políticos ecuatorianos establecieron un acuerdo para juntar firmas con el objeto de ir a una consulta popular.
Se trata de Guillermo Lasso, líder de Creo y excandidato presidencial y de César Montúfar, la cabeza de Concertación y exlegislador. Ambos coinciden, por hoy, en un objetivo común y se proponen, midiendo los tiempos políticos, juntar firmas para buscar el camino de la consulta popular.
Ellos, como muchos ecuatorianos más, creen que un tema tan delicado como una posible reelección presidencial indefinida debe consultarse al pueblo directamente.
La idea de la reelección fue presentada ante la Corte Constitucional por los asambleístas del bloque del movimiento oficial Alianza País. El trámite está en estudio y a ella se juntaron otros temas que el Presidente y sus coidearios buscan cambiar.
El asunto pasa por aspectos conceptuales y formales. La reelección es un tema sustancial de la estructura de la Constitución y, por ende, dejarlo en el rango de una simple enmienda constitucional emprendida por la Asamblea Nacional no le daría la suficiente legitimidad, toda vez que fue un asunto aprobado en la Asamblea Constituyente y ratificado por el pueblo en las urnas. Las cosas se deshacen de la misma manera como se hacen.
Muy curioso es que el Presidente ahora considere absurdo el camino de la consulta, que formó parte de la huella de identidad de su proyecto de Revolución Ciudadana desde el primer día de su primer Gobierno.
Consulta por la Constituyente, consulta para ratificar el texto de la Constitución, consulta para ‘meterle las manos a la justicia’ y otras yerbas. Amenazas reiteradas de convocar a otras consultas hacen parte de la práctica política del Gobierno y de una suerte de advertencia contra ciertos críticos y dirigentes de la oposición.
Ahora la pelota está en cancha de la Corte Constitucional, que tendría en sus manos una oportunidad de oro para mostrar su independencia de la que muchos actores políticos y críticos tienen dudas.
La Corte Constitucional está urgida por los tiempos políticos de la Asamblea, pero la magistrada María del Carmen Maldonado ha dicho ayer en EcuadoRadio que ella no se va a dejar presionar.
En rigor podría (debería) suceder que algunos de los cambios se tramiten por enmienda, y otros por reforma constitucional lo que supone una indispensable refrendación en una consulta popular específica.
La idea de Guillermo Lasso y César Montúfar y otro planteamiento distinto de Lucio Gutiérrez tienen lógica. Si el Presidente, acostumbrado a ganar elecciones y consultas, no le teme a que el pueblo se pronuncie por romper el esquema político de reelección que el mismo movimiento propuso en 2008, la consulta debe convocarse.
Por último, podría cumplir el Presidente su palabra empeñada al decir que este sería su último período. Y los legisladores de AP tal vez debieran hacerle caso a su líder. No quiere volver a otra elección . No lo fuercen.