“No hay fecha para el inicio de operaciones del Metro de Quito… No voy a ser irresponsable en dar fechas de buenas a primeras para luego estar cambiando y justificando…”, manifestó el gerente de la Empresa Municipal Metro, Efraín Bastidas Zelaya.
En entrevista para este Diario agregó que actualmente se realizan estudios, con una empresa de amplia experiencia en el campo ferroviario, que va a dar ayuda para obtener los parámetros, que considera “absolutamente clave”, para la decisión del modelo de gestión que se adoptará para el funcionamiento de este medio de transporte novedoso en nuestro país. “No se había trabajado en conocer las frecuencias de operación, los horarios, los planes de mantenimiento preventivo, etc. Estamos haciendo desde una perspectiva técnica.…”, anotó.
La Empresa Consultora Ferrocarriles de la Generalitat de Catalunya ha sido seleccionada entre seis firmas que han presentado ofertas para efectuar dicho análisis, “que garantice la acertada selección del modelo de gestión que responda a las condiciones intrínsecas de esta ciudad”.
Lo negativo es que este estudio y la decisión del sistema de gestión debieron hacerse durante las anteriores administraciones municipales, simultáneamente con la ejecución de los trabajos del Metro, pues, luego tendrá que capacitarse al personal ecuatoriano que, con cualquier modelo de gestión que se decida, participará en la atención a los usuarios. También está pendiente la directriz de algunos aspectos para el funcionamiento de la flota de buses alimentadores.
El actual alcalde, Santiago Guarderas, ha expresado su intención de recuperar el tiempo perdido y hacer los correctivos del caso. Tan pronto como asumió sus funciones dio a conocer que en su programa de trabajo consta, como uno de los puntos prioritarios, la solución de los problemas para el pronto inicio de operaciones de este sistema de movilidad.
Mientras tanto, desde hace algunos meses permanecen en la cochera de la Empresa los 18 trenes y el equipo complementario y está listo para funcionar el 99.32% de las diversas instalaciones del metro, y corren peligro de deterioro si no se toman, en forma oportuna, las indispensables medidas de protección, pues, se estima que el funcionamiento del tren subterráneo será realidad recién en el primer semestre del 2023; no obstante que en el contrato que suscribió el 26 de noviembre del 2015, el alcalde Mauricio Rodas, para la ejecución de los trabajos, contemplaba el plazo de tres años para la terminación de la obra civil y seis meses para las pruebas de funcionamiento de los vehículos, plazo que sufrió alteraciones por la pandemia y por otros imponderables que han empantanado el arranque de este sistema de transporte considerado como su columna vertebral y que, si bien no será la panacea, será valioso aporte para la solución de algunos de los ancestrales problemas de congestión vehicular que afronta Quito.