La reelección indefinida, rechazada por las constituciones de los países latinoamericanos ha sido aprobada, con algunos artificios jurídicos, en Venezuela, Bolivia y Nicaragua; intentaron, sin suerte, en Colombia y Argentina; ahora se anuncia en Ecuador.
Revisemos los argumentos que se esgrimen ahora para plantearla en nuestro país. Es consecuencia de los resultados de las elecciones del 23 de febrero más una alambicada teoría política.
Para los partidarios de Alianza País resultaba escabrosa una explicación de lo ocurrido en las elecciones seccionales.
Todos estaban perplejos y tenían caras largas. Para flotar en las embravecidas aguas electorales se han aferrado a la teoría expuesta por el líder del movimiento que ha sido calificada como una huida hacia adelante.
No existe ninguna derrota electoral, Alianza País tiene el mayor número de votos, el mayor número de alcaldes y prefectos, es el movimiento político más grande del país. En las ciudades de mayor población no ha ganado Alianza País pero han triunfado candidatos de la tendencia y amigos personales del Presidente como prueban los testimonios oportunamente grabados.
¿Por qué las caras largas de los ganadores y la alegría de los derrotados? Porque estaban acostumbrados a victorias estruendosas y esta vez numerosos candidatos de Alianza País han sufrido “un revés” por vagos, sectarios y desorganizados, según el análisis oficial.
Los vagos creyeron que era cuestión de tomarse la foto con el Presidente y sentarse a esperar la victoria. Los sectarios pensaron que no necesitaban de nadie y se negaron a pactar con los aliados. Toda la organización se ha mostrado deficiente y carente de estructura.
¿Cómo pasar de aquí a la reelección indefinida? Según la teoría del partido de Gobierno la derecha política es silvestre, gritona y corrupta, pero no la que ha ganado en Quito; esta es una derecha inteligente, organizada y con apoyo internacional.
Aparentará una actitud conciliadora, no confrontativa, pero será un disfraz temporal con piel de cordero pues esta derecha ha llegado a tomarse el poder y es parte de una ofensiva imperial en contra de la izquierda progresista; esto es lo que exige la reelección indefinida.
Una apuesta riesgosa porque decora la derrota y vuelve a la solución del caudillo salvador. Ayer resultó evidente que el candidato triunfador no sigue el libreto diseñado en Alianza País, sino que tiene su propia estrategia que, otra vez, deja perplejos a los políticos de la confrontación. La reunión de alcaldes con el Presidente apuntala la estrategia de Rodas, no la de Alianza País.
El Presidente y el Vicepresidente brindan con Mauricio Rodas, es el brindis de la victoria. La presencia de Rodas impidió que esa reunión pareciera una celebración de los alcaldes amigos del Gobierno.