Breaking Bad

Es una las mejores series de la TV norteamericana “de todos los tiempos”. Para muchos la mejor hasta ahora. Creada y producida por Vince Gilligan se empezó a difundir en el 2008 y terminó de exhibirse en septiembre del 2013 en EEUU.

Breaking Bad combina drama, suspenso y acción con intensos momentos en los que el espectador está al límite, al filo de la navaja. Experiencia apasionante, adictiva, existencial.
Es la historia de una buena persona, común y corriente de clase media, que por circunstancias de la vida y condicionantes de una sociedad altamente excluyente ingresa en el mundo del narcotráfico que le saca lo más oscuro de sus frustraciones, ambiciones y obsesiones, tornándose un ser malvado, calculador, que en su fiebre por el dinero arrastra a su familia al fango, y de paso desbarata varias mafias que se reproducen en un mundo sin ética ni moral.

El protagonista, Walter White (Bryan Cranston), es un profesor de química de 50 años, habitante del estado de Nuevo México que es sorprendido por un diagnóstico de cáncer avanzado al pulmón mientras su esposa está embarazada. Frente a un sueldo insuficiente de maestro y de lavador de carros y además preocupado por el futuro de su hijo adolescente discapacitado decide, en medio de la desesperación, producir y vender metanfetamina para pagar su tratamiento y dejar alguna herencia a sus deudos. De allí en adelante se tejen diversas historias de ambición creciente, asesinatos, dolor, soledad, drogadicción y corrupción. La mayoría de ellas sin salida, debido a una sociedad y a un Estado en los que el centro de su preocupación no es el ser humano sino el capital y sus beneficiarios.

El espectador no está frente al típico cuento del “capo” de las telenovelas colombianas en las que se banaliza y exalta a los narcos y sus excesos. No. Con valentía la serie cuestiona al estilo de vida norteamericano (american way of life), al “sueño americano” (american dream), a las instituciones estatales y a la sociedad descompuesta por el capitalismo más grande del planeta.

La serie es una denuncia. Desviste e interpreta la compleja sociedad estadounidense desprotegida de sus derechos humanos básicos como es la salud. Pero además se sumerge en los vericuetos de la condición humana: la ambición, la soledad, y las frustraciones contenidas en un tobogán tortuoso y frenético, en donde los involucrados se contagian de la locura y del dinero abundante que finalmente no sirve de nada frente a relaciones sociales y familiares de amor y respeto totalmente destruidas.

Breaking Bad permite reflexionar cómo una “buena persona” impulsada por condiciones sociales adversas, por la codicia, el dinero y el poder, se transforma en un monstruo más, ingresando a un camino sin retorno, demencia que no solo le hunde a él, sino su entorno.

Suplementos digitales